viernes, 14 de marzo de 2008

El sahara, los dromedarios y los Quads!

Para terminar nuestro primer día de circuito en Túnez, nos subimos al 4X4 y nos adentramos en el desierto más grande del mundo. A pesar de lo agotados que estábamos, la primera vista del Sahara nos impresionó harto y nos preguntábamos dónde chucha encontraríamos nuestro campamento en este mar de dunas que teníamos al frente....Pero Fitipadi (fue en este trayecto que se hizo digno del nombre) tenía todo absolutamente controlado. Manejando entre las dunas a 100 Km. por hora, con senderos que sólo existían en su cabeza (porque el viento borra cualquier huella a los pocos minutos), y sin encontrarnos con nada durante un buen tramo, de pronto apareció el campamento. Lástima que era el campamento de la pareja de españoles con los que viajábamos que como eran menos aventureros que nosotros, se habían asegurado con "carpas", o "jaimas" como les dicen acá, con aire acondicionado y baño privado. En nuestro caso, el campamento era algo más rústico así que terminamos durmiendo con 14 frazadas encima y la cara congelada. Pero en fin, para pasar el frío, nada mejor que rememorar las antiguas noches de fogata, sui generis y tambores junto a varios tunesinos, belgas y franceses... No nos podíamos negar a eso... y si los dejamos a todos locos tarareando el coro de "Hijo del sol luminoso", mejor!: "...e oh e oh e oh é, a ah..."La noche no fue tan grata. Habíamos olvidado nuestro espíritu de campistas así que los grados bajo cero, la dormida bajo una tonelada de frazadas y el agua con azufre con que nos duchamos, hicieron mella en el equipo. Despertamos cansados, así que luego de una llamada de atención de nuestro guía del tour (también guía espiritual gracias a las oportunas preguntas de Felipe) aprovechamos la primera parada para hacer una pausa y cargarnos de energía. De ahí, el día se venía relajado. Fitipaldi nos llevó a nuestra nueva morada, un hotel en la mitad del desierto, cerca de Douz. Pero en el camino pudimos tomar nota de algunas curiosidades de Túnez que son dignas de comentar:

La primera, existen bombas de bencina "clandestinas" a la orilla de la carretera, donde se pueden ver bidones expuestos al sol, como quien vende sandías de Paine. El motivo es que en Argelia (el país vecino de Túnez) el gobierno subsidia la gasolina, entonces quienes viajan a Túnez quieren comprar combustible a precio argelino y no al valor tunesino. Así, el gran negocio es comprar bencina en Argelia y venderla en Túnez.... y no necesitan ni máquinas expendedoras!.
Otra curiosidad es que tal como en Turquía, los Tunesinos tienen hábitos bastante higiénicos y consideran necesario lavarse sus partes luego de acudir al baño. Pero acá en vez de tener un chorrito de agua estratégicamente dirigido hacia esa zona, cuentan con una manguerita que puede ser apuntada hacia donde uno lo desee (¿qué será mejor?).
Finalmente, una foto de la clásica Coca-Cola en Túnez... es que hay cosas que a uno lo llevan a sus recuerdos más profundos, las cosas más significativas, la sensación de estar en casa....
Luego de tanta emotividad gracias a la Coca-Cola, llegamos a nuestro hotel, donde sólo tendríamos que esperar la llamada del guía (nunca entendimos cómo se llamaba) para disfrutar de una travesía en dromedario (que para los que no sean expertos en esta especie, son los que tienen sólo una joroba). Nos subimos a los camélidos y nos adentramos en el desierto. Era media tarde y la temperatura estaba agradable, el sol lucía absolutamente radiante y tal como nos habían enseñado, había que ser cuidadoso y evitar los rayos en la piel.... Fuimos extremadamente obedientes así que con nuestros pañuelos tunesinos nos convertimos en árabes aquí y cada vez que fue necesario: Pero al poco rato el sol empezó a esconderse, dejando paso a las sombras del desierto, lo que nos dio la oportunidad de sacar fotos tan flipantes como esta.... que la verdad, mola mogollón!Gracias a Dios o a Alá, nuestra caravana de dromedarios se detuvo justo cuando el culo ya no nos daba más. Ahí pudimos parar, bajarnos y crear esta obra artística sin discusión, que rememora los mejores momentos del grupo La Ley, pero ahora, en vez de Beto Cuevas, nosotros somos los prisioneros de la piel.
Bien lejos se veían los árboles de un oasis, pero nosotros estábamos metidos en medio de las dunas. Solo arena, sol, dromedarios y un par de bereberes que sin hablarnos, repetían la rutina del paseo: Una caminata breve arriba del animal, bajada a sacar su par de fotos y vuelta.... Y con eso, nosotros felices. El paseo nos dejó recuerdos difíciles de borrar... Literalmente, días después seguíamos recordando la travesía, ya que cada vez que nos sentábamos, una intensa sensación en nuestro culo revivía la férrea columna vertebral de un dromedario...
...dromedario ...dromedario,
repetíamos al sentarnos,
nuestro culo lastimado
solía recordarnos...
El día siguiente comenzó temprano, exactamente a las 5 de la mañana. Esta vez no queríamos recibir llamadas de atención de nuestro guía así que puntualmente estábamos arriba del 4X4 junto a Fitipaldi, esperando la nueva aventura. Vimos el amanecer en Chott el Djerid, un lago salado gigante en la mitad del desierto.... Y de ahí, nos fuimos Metlaoui, donde nos subimos al "Lézard Rouge", un antiguo tren acondicionado para pasear a los turistas por los desfiladeros del Selja.
Fue aquí donde apareció "Mai Malone". Al principio la confundimos con un forajido escapando de la justicia en este tren... Pensamos que tal como en el lejano oeste, habría encontrado oportuno mezclarse entre los viajeros para despistar a sus perseguidores... Aquí intentamos retratar al villano sin que se diera cuenta: Claudia posa para la foto, pero en realidad queríamos conseguir pruebas para denunciar al maleante. Luego de un rato, nos dimos cuenta que era Maggi. Nos dijo que el frío no le permitía tener a la intemperie más superficie de su piel y que por eso se escondía bajo su gorro... En ese momento le creímos. Confiamos en lo que nos decía y hasta comprendimos su actitud huraña y retraída, pero más tarde, su pinta de maleante escapando de la justicia en medio del desierto no tenía otra explicación: estábamos con una fugitiva.
De hecho, fue ella la más entusiasmada con el arriendo de "Quads", también fue ella quien quiso irse sola en una moto, y aunque intentó pasar piola compartiendo algunos momentos del paseo posando con nosotros, fue ella quien se desapareció varias veces entre las dunas del desierto, volviendo "lesionada" y quejándose de dolor en sus manos....Todos sus movimientos nos parecían extraños, pero estaba claro que algo había ocurrido. Al volver a la ciudad teníamos organizado un paseo a un palmeral, donde podríamos conocer cómo lo hacen los tunesinos para plantar árboles frutales y verduras bajo la sombra de las palmeras.El paseo estuvo bueno. Probamos los mejores dátiles del mundo (la verdad, ninguno había probado dátiles antes) y pudimos ver flores y frutas en medio del desierto... Pero no podíamos quitarnos de la cabeza todas las señales que veíamos en el comportamiento de nuestra compañera de viaje. La última del día: subidos a la carroza que nos llevaba al palmeral, un tunesino asustado y apenas emitiendo sonidos le pasó las riendas de nuestro caballo para que ella dirigiera al grupo... Obviamente esto fue una muestra de su poder y del miedo que genera.
Al día siguiente, aún sin comprender cómo los contactos de Mai Malone llegaban hasta estas latitudes, decidimos intentar olvidar el miedo que nos remecía cuando recordábamos la insistencia de Máii en ir a Roma (tendría también contactos con la mafia???). Ese día, ella se caracterizó como boliviana y nosotros preferimos seguirle el juego antes de enfrentarla... ("...tengo un lorito con su monito...")
Así, recorrimos los oasis de montaña de Chebika y Tamerza, donde nos sentimos como extras en la película "Jesucristo Superestrella". Nadie puede decir que entre estas montañas y palmeras no diera la sensación que aparecerá el propio Jesús o María Magdalena en cualquier momento. Estando en estos oasis es difícil acordarse que unos metros más allá se acaban las palmeras y las lagunitas y se extiende el desierto más grande y famoso del mundo. Pero Felipe se encargó de hacernos sentir la larga travesía que lleva desde estos lugares hasta la ciudad más cercana: Kairouan. Apenas nos subimos a nuestro 4x4, "alguien" (por no decir directamente "Felipe") tuvo la genial idea de preguntar a nuestro guía "¿por qué Al qaeda no había logrado extender su manto terrorista en este país?" (ojo que una semana después de nuestra estadía, 2 turistas fueron secuestrados justamente por este grupo terrorista). Pero en fin, en ese momento parecía una pregunta amena que nos permitiría mantenernos entretenidos durante el viaje....No sabíamos que aparecería la faceta de gurú espiritual del guía, que lo mantuvo hablando sin interrupción durante casi 2 horas, con teorías inéditas (y al parecer sólo conocidas por él) del mundo musulmán, donde incluso planteaba que los musulmanes no conocen la religión, y que obviamente, él era el gran profeta que aún no había sido descubierto. Gracias a Alá llegamos a Kairouan, donde mientras intentábamos escondernos del gurú visitando la Mezquita, nuestros compañeros de tour acorralaron a Felipe para prohibirle emitir cualquier otra interrogante.... pero ya era inútil. Sólo quedaba despedirnos del gurú y disfrutar de la última noche en Túnez. El paseo se había acabado y nosotros nos despedíamos con una visión algo más cercana de lo que es el mundo musulmán, pero también con más confusiones y dudas.... Qué daríamos porque nuestro guía estuviera aquí ahora para plantearle algunas preguntitas!!!!.
*** FiN ***

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por el tour...muy buena experiencia.
Nos reimos y lo disfrutamos mucho!!!