lunes, 14 de enero de 2008

TURISTAS: TranSantigo + Isla Negra y +

Una de nuestras metas era disfrutar de Santiago de Chile cuales turistas. Para ello fuimos armados de guías turísticas, las correspondientes bermudas de explorador, el sombrero para el sol y la cámara de fotos.
Lamentablemente el tiempo fue poco y nos faltó ir a la Isla de Pascua, San Pedro, Valle del Elqui o las Torres del Paine, pero algo hay. Conociendo tantos lugares lejanos nos dimos cuenta de lo bonito que teníamos al lado... ¡¡Cómo no iba a haber fotos de Chile en Salmantinos!
Obviamente la primera meta era fotografiar la Cordillera de los Andes, que aunque se veía poco por la contaminación y no tenía nieve, la vacilamos pesado. En Salamanca no hay mucho cerro y vivimos rodeados de edificios, por lo que es imposible disfrutar de vistas como las que se tienen en nuestro Chilito. Como se puede ver, el mito de que se echa de menos la cordillera ¡Es verdad!

- El Cerro San Cristóbal, Tupahue o Parque Metropolitano...(vista hacia el oriente desde un mirador del sector Tupahue)
Santiago tiene una ubicación privilegiada entre la cordillera y el mar, emplazado en un valle entre montañas altas y otras pequeñas. Uno de los mejores atractivos es el Cerro Tupahue (lugar de Dios), bautizado como Cerro San Cristóbal por un tal Pedro de Valdivia y como Parque Metropolitano por otros, en 1908.
Este es el cerro más grande que emerge dentro del valle de Santiago, luego vienen lo altos de los Andes "al fondo". En sus orígenes contenía vegetación semidesértica, como la que se puede observar en sus vecinos del lado norte, pero ha sido hermoseado y forestado de tal manera que es un gigante verde.
Así, no tiene nada que envidiarle a los parques de Londres o Amsterdam, aunque este es mucho más salvaje y, obviamente, empinado.
Para subir el San Cristóbal no hay nada mejor que hacerlo en Teleférico (inaugurado en 1980), para luego bajar caminando. Aunque si se es deportista, se sube en bici, a pie o corriendo. (Teleférico de cerro San Cristóbal)

La gracia del teleférico es que se ve la vegetación del cerro, y la ciudad desde las alturas. Como está abierto hasta entrada la noche, se puede ver el atardecer y el Santiago iluminado. Así el famoso cerro es ideal para un día de asado, una tarde de familia, romance o de juerga.

Al llegar a la cima se encuentra a la Virgen o mejor dicho, al Santuario de la Santísima Concepción del Cerro San Cristóbal (tanto santo en una frase). Esta estatua tiene una gemela en la Plaza España de Roma, pero en este caso, la gracia es que se ilumina de noche e incluso, hace algunos años, cambia de colores. Así el lugar de adoración de los Mapuches ahora es lugar de culto cristiano.

En la misma cumbre del cerro se encuentra una terraza con estupendas vistas hacia el poniente o Santiago centro, allí mismo hay tiendas de souvenirs y un sitio de descanso para los esforzados deportistas que suben a puro corazón...de chileno. (Cumbre del Cerro San Cristóbal)

Bajando desde la estación Cumbre a la Tupahue, se tienen vistas hacia el Sur-Oriente, así como el acceso a la zona de juegos.

Bajando a la zona de juegos nos encontramos con el que fue el paseo dominguero de toda la infancia y juventud de Felipe. Aquí venía con sus abuelos, su hermano, su Santa madre y a veces sus prima@ y tí@s, a disfrutar de un helado nifty y una fanta, para luego jugar entre los troncos y trenes. Así durante más de 10 años la rutina era subir y bajar caminando. Luego, con los amigos la cosa era bien parecida.
En este puente fue donde una vez pensó que podía caer por entre las ranuras de las tablas, asunto del que se enteraron todos los visitantes de la zona.

Otro de los juegos habituales en esos tiempos era subirse a este estadio indio, donde los más bacanes eran los que subían hasta lo más arriba, claro que en esos tiempos la cosa se veía bastante más grande ¿Será que el cambio climático lo ha encogido todo?Otra de las peculiariedades de este cerro es su particular comercio. Entre las cosas que más han perdurado en el tiempo son estos kioskos donde además del maní confitao-salao-con cáscara, venden unas curiosas máscaras de superhéroes y personajes de historieta ¿Podrán competir contra el nintendo Wii?Terminando con el bendito cerro no podemos dejar de fotografiar a las antiguas máquinas de trenes estacionadas en la zona de juegos de Tupahue. Aquí es donde Felipe jugaba con los Alvaritos o con su hermano, aunque en ese tiempo eran grises y tenían olor a pichí.

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- El Cerro Huelén o Santa Lucía..."Tan pecador de noche, tan inocente de día"
El cerro Huelén (Dolor triste), rebautizado como Santa Lucia por un tal Peter from Valdivia, se encuentra en el extremo oriente de Santiago centro, y es otro parque vertical de lujo universal. (Vista del Cerro Huelén desde un costado de la Biblioteca Nacional)
Aquí fue donde Pedro, ese que vino de Valdivia, se inspiró para fundar la ciudad y escribirle a Carlos V avisándole que acá había jarana, tinto y wena onda.
"...Y para que haga saber
a los mercaderes y gentes que se quiesen venir a avecindar
que vengan;
porque esta tierra es tal que para vivir en ella y perpetuarse,
no la hay mejor en el mundo..."

O sea que Piter fue quien comenzó la internacionalización de Chilito, invitando al forastero (ese amigo que se le quiere mucho) a que se viniera a hacer la América por acá... y obviamente, a perpetuarse. (Vista desde el cerro Huelén al Sur)
Iniciado el paseo, el cerro Huelén comienza a imponerse desde la misma puerta con una fuente que en Verano refresca como choco-panda.
Y como buen peñón hay que ir subiendo y escalando entre piedras para lograr echar una miradita al Poniente y a la estatua de este supuesto Lautaro con pinta de indio mohincano que vigila el Santiago antiguo. Casi llegando a la cima se puede mirar la Alameda, donde camina el hombre libre, y la casa central de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
En lo más alto está el lugar para sacar las fotos, donde llega el turista y el galán, cada uno a su modo a dar gracias de estar vivo (al fondo, el cerro San Cristóbal)
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- Experiencias TranSantiaguinas...
Casi un año atrás se dio marcha a un proyecto revolucionario del transporte Santiaguino: el famoso "TranSantiago". Como no habíamos tenido oportunidad de probarlo, otra de las misiones era "TranSantiagar" y tener una opinión en terreno del asunto.
El plan ha sido casi un desastre, pero por otro lado, impresiona ver las calles más despejadas. En lo que no hay dos opiniones, es que la cosa debe mejorar urgentemente.
Nos llamó la atención que entre nuestro círculo social el uso del transporte público es mínimo o inexistente, en muchos eventos fuimos los únicos que habíamos "TranSantiagado".
Tardamos una semana en comprender que debíamos comprar una tarjeta bip! y cargarla siguiendo un algoritmo nada de fácil. Allí mismo nos enteramos que la tarjetita no le llevaba mapa ni explicación alguna, es decir, había que usar la intuición para llegar al lugar objetivo. Siguiendo estos mapas plagados de trayectos: ¡¡Una misión imposible!!. (Piedad para los turistas que nunca han vivido en Santiago)
Decidimos subirnos a una "micro" pero no paraban en el paradero y, siguiendo la ley de Murphy, cuando nos cambiamos de paradero la bendita "micro" paró en el lugar que recién habíamos dejado.
Curiosamente hay personas de chaqueta amarilla que dan información, pero algunas, como hacía "tanta calor", estaban escondidos en algunas oficinas con aire acondicionado...
En el paradero no hay pantallas para saber qué bus viene, ni a cuánto tiempo. Tampoco se puede cargar la tarjeta, y los validadores para pagar, están sólo en algunas horas porque se los chorean. Arriba del bus no hay indicador alguno que te permita saber dónde chucha es la siguiente parada y puedes tocar el timbre despiadadamente para ver si por esa presión acústica el bendito chofer te para.
Como turistas la experiencia fue muy grata, pudimos carretar en TranSantiago. Pero tomar una "micro" TOTALMENTE llena a las 11 pm. en Pedro de Valdivia con Providencia no es un chiste si has trabajado todo el día... paciencia que la cosa debe mejorar.
Entendemos que la gente esté descontenta y exija mejoras inmediatas, pero de ahí a no pagar el pasaje justificándose con que se vinieron de pie, es una huevada... También fuimos inspectores del TranSantiago, exigiendo que las tarjetas hicieron BIP!.

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- Santiago Centro...
Comenzamos con este micro-centro que es Santa Rosa con Alameda y una vista a la Iglesia San Francisco y la Torre Entel.
Por ahí pasamos por la Feria Santa Lucia, compramos unos trompos, emboques y vimos unas Ojotas originales: ¡¡hechas con neumático y todo!! Le sacamos una foto a la Biblioteca Nacional, una de las construcciones clásicas que ha sobrevivido a los terremotos y al descuido, aunque recién se inauguró en 1939.
Siguiendo hacia la costa pasamos por el ex "altar de la patria", donde ahora sin llama de la libertad, flamea al viento la tricolor, ventiladas por el aire, algo corrupto del barrio cívico.
Este barrio se llama así porque en él se encuentran muchos edificios gubernamentales y fue diseñado por una austriaco de apellido Brunner. Igual la moneda, la plaza de la ciudadanía y el paseo Bulnes forman una buena recta del Santiago común y corriente, el del oficinista y el junior.
Y como ahora y siempre, las decisiones las toman las mujeres en Chile, el Palacio de Moneda, el edificio donde funciona el gobierno y la presidencia, debe estar enmarcado por Claudia: La Jefa. Otro de los atractivos que se recomienda es la Plaza de Armas, aunque lamentablemente las guías tipo Lonely Planet NO especifican que la mejor hora para pasear por allí es entrada la tarde, cuando se inunda de actuaciones callejeras, magos, humoristas, bailarines y predicadores que animan al oficinista a mirar el espectáculo, para pasarse luego a tomar un café (con piernas).
Igual la Plaza de Armas, como centro de Santiago es algo extraña... tiene prolongaciones hacia el cielo con estas palmeras chilenas, pero como que su espacio se difunde sin límites hacia los edificios que la rodean, dando una cierta sensación de desorden que no coincide con ser el centro de todo.
Otro de los edificios emblemáticos es el Edificio de Correos, con un típico techo clásico francés. Antes era el lugar donde vivió el famoso Pedro de Valdivia, donde se construyó la primera casa de Santiago. Luego pasó a ser la casa de los presidentes y finalmente, a fines del siglo XVIII, el edificio de correos, todo eso sin contar los terremotos e incendios que fueron transformando su estructura.
A un costado de Correos y rodeando la Plaza de Armas se encuentra la Catedral de Santiago. En esta foto se ve cómo la arquitectura antigua se va mezclando con edificios modernos, extraña combinación típica de Santiago de chilito.
La Catedral tiene su encanto, sigue donde mismo la instaló el Pedro de Valdivia, aunque, por culpa de terremotos e incendios, éste es el quinto edificio catedralicio que se instala. Se construyó entre 1748 a 1800.
Aparte de la arquitectura y las criptas, nos llamaron especialmente la atención las advertencias que están en las paredes, como esta que ruega que no rayen las murallas, apelando a la educación.O este otro que implora que no se desate la pasión sexual en la casa de dios y que mejor concurran al motel más cercano. Quizás sería bueno un auspicio del Hotel Valdivia...(ojo que acá en España no hemos sabido de moteles)
Finalmente, caminando por el Paseo Ahumada, una peatonal maravillosa, nos encontramos con una protesta en contra de los españoles. Según supimos existe un gran grupo de inmigrantes españoles que se ha instalado en lugares claves de Chile para dárselas de carteristas de poca monta, pero afectando el bolsillo del chileno trabajador que deambula por el centro de la ciudad.
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- La casa vieja...
Esta fue nuestra primera casa, había que puro tener una foto desde donde más la veíamos, la casa de los "vicinos".
Y bueno, pudimos ver al Peter, el de verdad, que aunque algo flaco, ha tenido un vigoroso hijo. Esperemos aguanten hasta el regreso... ¡¡Vamos Peter!!
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- Para tu corazón basta mi pecho, Isla Negra...

Gracias a una sabia invitación de Carmen y Claudio (padres-suegros), nos fuimos a la playa de Las Cruces y luego a Isla Negra, a visitar una de las casas de uno de los mejores poetas del mundo.
Ese que escribió muchísimo más cosas que "...me gustas cuando callas porque estás como ausente..."

Pablo Neruda es y será uno de los mayores orgullos de Chile. Estar donde se inspiró, donde dormía, donde carreteaba, es un verdadero evento sobrenatural. Por fuera, la casa no impresiona, sino es la carga emotiva la que sobrecoge.
Aquí se enteró del golpe de estado cosa que llenó su vaso y decidió zarpar a otros mares desconocidos.
La casa simula un barco, así como la vida del poeta: un constante navegar... Aquí su símbolo, el pez en el mundo o... ¿Pez en el agua?
Una de las foto que hay que sacarse es junto a este mástil en tierra, el resto, el interior de la casa es infotografiable.
"El ancla llegó de Antofagasta...
Un día se le ocurrió a alguien mandármela.
Con toda su grandeza y su peso fue un viaje difícil...
Cuando llegó a mi puerta no quizo moverse más...
-¿La pintarás?, se está oxidando-.
No importa, es poderosa y callada como si continuara en su nave...
Cada uno envejece a su manera y el ancla se sostiene en la soledad como en su nave,
con dignidad,
apenas se le va notando en los brazos el hierro deshojado."
(La casa en la Arena, 1966)
"...Regresé de mis viajes,
navegué construyendo la alegría..."
Ojalá podamos decir lo mismo cuando regresemos de nuestros viajes!

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