sábado, 4 de agosto de 2007

Kushadasi - Ephesos - La Virgen - Pamukkale - Konya... Uffff

Y llegamos a las costas Egeas de Turquía, donde suele flamear, sin mayor razón, la Ay Yıldız, es decir, la luna y la estrella que forman la bella bandera turca.

En Kushadasi nos esperaba el guía Omar, quien nos contó en turquinglish que Chile le había ganado a Ecuador en la Copa América... para qué ilusionarnos.


Kuşadası (Kushadasi), es una ciudad puerto que se nutre del turismo Egeo, transformándose en puerta de entrada a Turquía. Según las guías que habíamos revisado, es una ciudad bastante fea y poco amigable para el turista, por lo que el atractivo principal son sus resorts, con playas, piscinas, buena comida....todo all inclusive (excepto las bebidas).


Así, la actividad principal de ese día fue descansar, relajarnos y prepararnos para las siguientes jornadas....Por eso, qué mejor que ir a darnos un baño a las aguas del Egeo, en donde uno puede avanzar unos 200 mts. y el agua, que es bien calentita, no supera la cintura (Ojo que las turcas se sacan la túnica para meterse al agua).


Al otro día nos fuimos a Éphesos, ciudad que se supone existe como del s. XI adc., aunque lo que se conserva hasta hoy es algo más joven. Gracias a que estas ruinas (que de ruinas tienen bien poco) estaban bajo tierra, han sobrevivido al saqueo Inglés, Francés y del que venga. Cuando uno empieza a caminar ya se siente como un Efesio más. Las ruinas están intactas y es fácil imaginarse las calles, los lugares de reunión y hasta a la gente. Yako, el guía, nos contaba por ejemplo, que en la plaza había tiendas para vitrinear (tipo Alonso de Córdoba) y ahí estaban las casas de la gente más rica de la ciudad.


Las calles estaban llenas de estatuas y por ellas se paseaba Cleopatra y Marco Antonio cuando salían de vacaciones.

Incluso una actividad fundamental en Éphesos, y en todas las polis griegas, era la evacuación de los residuos alimenticios, o sea, cagar. Cagar era una instancia de encuentro, diálogo, discusión y negociación. Por ello los baños estaban diseñados para dialogar con "fuerza y empuje", y en ellos se trataban temas relevantes como el devenir político de la ciudad, los problemas de presupuesto, y bueno, también deben haber hablado de las Kenitas Larraín de la época.


¡¡Pobres estíticos!!, seguramente deben haber vivido muy aislados socialmente al no poder participar del diario encuentro.

Era tal el desarrollo de Éphesos que había un sistema de alcantarillado que impedía que las conversaciones se turbiaran por el mal aroma de un complot.


Así, con un baño tan evolucionado, incluso las mujeres del Coca's Group, deseosas de cotillar, sentáronse en cómoda posición a elucubrar próximos planes. Algo no olía bien...

Pero la modernidad no se relacionaba únicamente con los procesos intestinales. También se preocupaban de cultivar el intelecto, para lo cual contaban con una biblioteca, lo que no es tanta gracia como el túnel que unía la biblioteca con el prostíbulo. Algunas cosas no cambian ni en 3 mil años.
Y, como toda polis, debía tener su anfiteatro, esta vez, para unos 25.000 espectadores sentados, y donde incluso alguna vez predicó San Pablo. Terminada nuestra visita a esta impresionante ciudad, y con un baño cultural de los buenos, necesitábamos algo religioso. Por eso, qué mejor que irnos a meter a la casa de la mismísima Virgen María.


La historia es la siguiente: Al parecer Jesús le dijo a Juan que en adelante María sería su madre, entonces Juan, se llevaba a la señora donde él fuera: a Patmos y a Éfesos, donde la pobre María murió y ascendió a los cielos en cuerpo y alma, lo que algunos llaman el primer vuelo sin motor. La historia no deja de ser conflictiva, pero lo que dice el Vaticano ES, y como un Papa ya santificó el lugar, se llena de peregrinos que, como nosotros, vienen a pedirle cosas a la virgencita.

Luego de tanta religiosidad, volvimos a la historia griega y nos fuimos a otra de las maravillas del mundo antiguo: El Templo de Artemisa.Lamentablemente en el año 262 fue destruido por los Godos, quedando lo que se ve ahora: sólo una de las 36 columnas, habitada por la cigueña... llamada Artemisa.


Igual con ayuda de psicotrópicos uno puede imaginarse como era la maravilla... igual que con el Coloso de Rhodas

Nuestro regocijo espiritual e intelectual era extremo, por lo que necesitábamos con urgencia algo más superficial. Ika temblaba ya que no había vitrineado ¡¡en casi dos días!!, por lo que fuimos a una tienda de cueros donde confeccionan la ropa para los grandes diseñadores de Italia. Los precios dicen que estaban muy buenos y había un cuero seda que parecía eso: seda, pero era cuero.


No nos sorprendió que la modelo del Cocas's Group fuera reconocida por los diseñadores y le rogaran que desfilara una de sus chaquetas, ella lo consultó con su representante y accedió.
Luego de esperar que Ika y La Líder decidieran como derrochar sus petrodólares en piel de animal, quedaba la última atracción del día Pamukkale (Castillo de algodón). Una formación geológica producto de la calcificación de las sales minerales del agua termal, o sea, una serie de cascadas, estalactitas y piscinas naturales blanquísimas.Aunque esto parezca nieve, el calor era Jevy (unos 40 y pico grados), y más encima el agua era caliente-de-therma. La vista valía la pena por unos segundos.La mejor vista se lograba en la cima de Pamukkale por lo que caminamos y nos encontramos con una avalancha de turistas que chapoteaban en las piscinitas. Al regreso, las niñas del Coca's Group siguieron su desarrollado instinto explorador guiadas por La Líder. Obviamente perdieron el rumbo bajo unos 43°. Al ser encontradas igualmente estaban dichosas ya que con la deshidratación habían bajado unos gramitos.




Luego de este percance, nuestra líder ya estaba como un pobre perrito que vimos pidiendo agua bajo los 47° de Atenas por lo que decidió descansar mientras el resto nos bañábamos en las piscinas y termas de nuestro hotel... Alguien describió la sensación en esas aguas "...esto es como hacer caca...", a lo que el resto, tímidamente, asentimos.



Al día siguente viajamos todo el día desde Pamukkale hacia Capadoccia. Sólo nos detuvimos en Konya, específicamente en el Museo y Mausoleo de Mevlana (Maestro de los Maestros). Sobra decir que Mevlana es el gran místico y poeta turco, que inició la Orden de los Derviches.Aquí el ambiente era bastante más Árabe que en el resto de Turquía, ya que este mausoleo es como ir a la tumba del Padre Hurtado. Por lo que había mucha túnica, pañuelo en el pelo y hasta unas mujeres con sólo los ojos al aire.


Casi se nos olvida que en este mausoleo, aparte de estar lleno de grandes derviches en sus tumbas, están unos pelos de la barba de Mahoma. Eso si, Mahoma era tan top que dejó pelos de su barba en unos cuantos lugares, aparte de otros recuerdos repartidos por el mundo.Los pelos están dentro del cofre... habrá que creer no más, total, si los pelos no van a Mahoma, Mahoma va a los pelos.


Con esto solo unos 150 km. nos separaban de nuestro próximo destino Capadoccia, donde el destino nos regalaba una de las mejores sorpresas...

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