domingo, 5 de agosto de 2007

Atätürk - Ankara - Istambul

Al llegar a Ankara nos fuimos derecho a la tumba de Atätürk, fundador de la República Turca luego de la Primera Guerra mundial. Es el padre de la patria, pero un padre bastante moderno y hasta feminista, ya que bajo su mandato, Turquía fue uno de los primero países en permitir el voto femenino (siendo árabe y todo eso).
Eso si, Atätürk, en su vida privada era un galán de fonda con su facha de actor de cine, calentón y cachondero como pocos.
Impresiona lo adorado que es en Turquía. Tiene un mausoleo gigante y en la calle venden fotos del Padre de la Patria, como si se hubiera muerto ayer. Dicen que Bernardo Riquelme lo envidia tanto que no le presta su yegua ni sus espadas en el cielo.

Luego de allí nos fuimos al Museo de las Antiguas Civilizaciones de Anatolia, el museo con la mayor colección de la zona. Ahí nos impresionó conocer uno de los primeros intentos de correspondencia: cartas con sobre y todo, obviamente unos miles de años antes de Cristo.

La carta y el sobre estaban hechos de greda. Abrir el sobre y leerla era muy simple, igual que ahora: se rompía el sobre y listoco. Esto se lograba porque cocían sólo la carta, de manera que el sobre se rompía fácilmente mientras la epístola permanecía incólume ¡¡Tenían hasta estampilla!! Is'tanbul:
Uno de los lugares más simbólicos de Turquía es Estambul, antigua y duradera capital del imperio romano de Oriente, Bizancio, Constantinopla... en fin. Un lugar fundamental de la historia de la humanidad en donde se encuentra oriente y occidente.

Estambul es una ciudad puerto que dista mucho de lo que vimos en Expreso de Medianoche. Ahora es una ciudad moderna y cosmopolita, donde una casa en la costa cuesta unos cuantos millones de Euros, por eso sólo están destinadas para futbolistas, cantantes y narcotraficantes, entre otros.

En el medio de la ciudad se encuentra el Canal del Bósforo que comunica el Mar Egeo con el Mar Negro y divide Europa con Asía, de modo que una parte de Estambul es Europea y la otra Asiática. Ojo que gracias a este pequeño porcentaje de tierra Europea, los Turcos hace décadas que postulan a formar parte de la Comunidad Europea, pero mientras no arreglen uno que otro asunto, es dudoso que la integren, al menos, en los próximos 2 ingresos que planifica la UE.

Entre estos asuntillos están: los problemas con Grecia por la isla de Chipre, la gran influencia que Turquía podría llegar a tener en el parlamento europeo debido a su gran superficie, y algunos asuntos relacionados con la cultura Árabe... unas minucias.
Como buena ciudad Turca con influencia Árabe, Estambul se caracteriza por su comercio. Entre ellos destacan el Mercado de las Especias y el Gran Bazar, en donde uno encuentra todo falsificado a precios para regatear.

Por ejemplo, uno puede encontrar desde un Té de Kiwi hasta un ajedrez en donde las piezas enfrentan a Oriente y Occidente. Condolezza y George combaten contra Saddam y Mahmud Ahmadineya.

También se puede encontrar alguna joyita, piedras y hasta un poco de metales preciosos, como esta tiendita donde había una que otra pulsera de oro.

Luego valía la pena recorrer el Canal del Bósforo, ir de la costa Asiática a la Europea y viceversa para decir que estuvimos saltando de continente a continente. También, para ver las mansiones en sus riveras, las mezquitas y sus minaretes. Sí, definitivamente estamos en Estambul.

El Bósforo está cruzado por dos puentes colgantes intercontinentales que le dan más onda todavía a la ciudad, sobretodo viéndolos desde su base en los jardines del Palacio de Beylerbeyi en el lado Asiático de Estambul.

Este Palacete es bastate moderno, del siglo pasado no más, y era la residencia de veraneo del Sultán y su familia, por lo tanto con bastante menos lujo que lo habitual. Entre estas delicatessen se encuentra un salón con una fuente en medio, no sólo como elemento decorativo, sino también para evitar que se escuchasen las conversaciones entre unos y otros. Toda una paranoia palaciega.

Cuando el Sultán se venía de vacaciones obviamente se traía a todo su harem, que NO estaba formado sólo por sus amantes carnales. Lo conformaban sus hijas, hermanas y en general todas las mujeres de la familia y sirvientas. La más importante, que dirigía a todo el resto era su madre. O sea, el Sultán era un Mamón: mandado por su madre.

Como buena institución femenina en el Harem había mucha "veleidad". Todas las mujeres que tenían un hijo varón del Sultán querían llevar a sus retoños al sultanato, por lo que solían envenenarse mutuamente a los críos para eliminar competencia. Así, las madres acostumbraban dormir y vigilar TODO lo que hacían y comían sus querubines. Como estos hijos eran algo regordetes, de allí viene la antigua frase: Guatón-Mamón, que deriva del turco Wätkus Mamkiüs: cuidado por su madre.

Aquí el salón azul en donde los Wätkus Mamkiüs pasaban sus tardes esperando ser envenenados por sus nodrizas.Tanta conspiración nos abrió el apetito y las ganas de salir de Palacio, por ello nos fuimos a la Plaza Taksim, como la Plaza Italia del lado europeo de Estambul, en donde se encuentra una peatonal con troleys que le dan toda la onda.Una gran curiosidad Turca son sus retretes. TODOS tienen un complejo dispositivo higiénico directamente apuntando hacía lo más profundo de las asentaderas humanas. La verdad es que la ingeniería turca es todo un descubrimiento y, cada vez es más reconocida por su exactitud. Aunque, como buenos chilenos ¡Exigimos que el chorro sea, a lo menos, tibio!
Al día siguiente, nos despertaron los megáfonos que llamaban a rezar. Había una mezquita cerca del hotel, pero eso no era muy curioso porque en Estambul hay una mezquita cada 2 cuadras aprox. así que desde donde estuviéramos habríamos escuchado los gritos que motivan a la gente a acudir al rezo diario.

Partimos a la visita de la ciudad, donde la primera parada fue la Mezquita Azul o del Sultán Ahmed, construida en 1609 y única en el mundo con 6 minaretes o alminares. Cuenta la historia que el Sultán pidió una Mezquita con "minaretes de oro" (una cosa modesta), pero el arquitecto que era medio sordo, escuchó "6 minaretes"(se supone que en turco las dos frases se parecen). La cosa es que cuando se inauguró la famosa Mezquita, el Sultán pidió explicaciones y el arquitecto al darse cuenta de la metida de pata, lo convenció de que esto era mejor porque sería la única en el mundo con tanta torre pa' sapear. Al final, el Sultán quedó feliz.

La Mezquita es realmente impresionante. Eso sí, antes de entrar a rezar hay que limpiarse los pecados, las mujeres no pueden entrar con los hombros descubiertos ni mostrando las rodillas y todos deben entrar descalzos.Algunos se quedaron unas cuantas horas lavándose los pecados y otras tuvieron que pedir unas telas prestadas para esconder su sexy humanidad.
La Mezquita es un lugar de culto y entre los turistas se ven a unos cuantos fieles rezado frente al Mihrab. Los 21.043 azulejos usados en su construcción fueron hechos en los talleres del palacio; las alfombras de cientos de metros cuadrados fueron tejidas en los telares imperiales y los cristales de las lámparas de aceite fueron traídas del extranjero.Saliendo le dimos una última mirada a la Mezquita Azul desde los jardines que la separan de la Hagia Sofia. La Hagia Sofía o Iglesia de Santa Sofía fue construida durante la década del 30', pero del año 500 dc., en pleno imperio Bizantino y llama demasiado la atención que en esa época ya eran capaces levantar una cúpula de 32 mts. de diámetro.Por dentro la Hagia Sofía está llena de mosaicos y representaciones religiosas, sobretodo de la vírgen a quien honra, la mayoría de oro y piedras preciosas y todas originales. Estas respresentaciones han sobrevivido porque al llegar los musulmanes cuando cayó el Imperio Bizantino, transformaron la iglesia cristiana a musulmana, cubriendo todos los murales católicos con yeso. De modo que gracias a este forrado los mosaicos se mantuvieron intactos.

No sólo los mosaicos fueron tapados, por ejemplo, abajo se ve una cruz que fue rota para que pasara a ser flecha y así cambiara de símbolo cristiano a musulmán.Luego nos paseamos por el Palacio de Topkapi, el centro de operaciones del imperio Otomano, para luego darle una última mirada al Bósforo.
Lamentablemente, tanta aventura y lujuria había mermado la salud de nuestra líder, quien cual Aquiles, tenía un punto débil en su talón. A pesar de sus demostraciones de fortaleza y de sus intentos por no interrumpir el itinerario que había trazado para el Coca's Group, la hinchazón en sus tobillos la delataba....
Sin embargo, esto no mermó su entusiasmo para organizar la última actividad en Turquía: En la noche para relajarnos y despedirnos de este país, qué mejor que ver la suave danza de los sietes velos y agradecerla con un billete de quina que abrigue a la despechada bailarina....

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