miércoles, 31 de enero de 2007

...et nous partons a PARIS!!!

Y nuevamente, necesitados de un "aire" decidimos irnos a París por unos días (desde el Viernes 2 al Jueves 8 de Febrero del 2007). Viajamos a Madrid de noche y partimos desde la T1 de Barajas a eso de las 05:45, sin haber pegado un ojo en toda la noche ni en la madrugada.

Luego, llegamos a nuestro hostal, el cual resultó bastante recomendable, hasta que fuimos a conocer el baño. Resulta que a estos franchutes parece que el tema del toillette no les urge mucho, por eso, a pesar de que el hotel era digno, limpio y con instalaciones bastante nuevas, el baño era del tipo "estadio nacional" (de esos en que uno trabaja de pie y tiene unas plantillas para poner los pies). Para pasar el mal rato, y a pesar del cansancio del viaje, decidimos salir a recorrer la ciudad, para ver si lográbamos ubicarnos un poco y aprovechar un día de sol maravilloso en París.

Partimos recorriendo las calles, con bastantes problemas para ubicarnos, pero estar perdido por París no es como para molestarse. Pasamos por la Place de la Bastille, la des Vosges, luego nos fuimos a la île de la Cité y Sn. Lous en l'ile, la Rivera del Río Seine, los Champs de Mars y finalmente llegamos a uno de los símbolos de Paris: Le Tour Eiffel.

Según habíamos averiguado, la Torre era gratis el primer sábado del mes, pero ¡¡¡¡¡¡era mentira!!!!!. Así, tuvimos que hacer una fila eterna de casi 2 horas, hasta que logramos subir. Igual uno se pone nervioso durante el minuto entero que demora el ascensor desde el segundo al tercer piso (pensando "...ya debemos estar por llegar...", "...debe quedar poco...", "...no creo que suba más..." y ese tipo de frases tranquilizantes, mientras el ascensor sube y sube). Finalmente, en el tercer piso, a unos 300 metros del suelo (cambia unos 15 cm. de tamaño por dilatación y contracción del metal), la vista no está nada de mal... (el Musée de l'Homme)

Luego de esto, nos paseamos por los Champ de Mars, para esperar a ver las diferentes caras de la Eiffel: de día, de noche, con lucecitas...

Finalmente, el cansancio era demasiado, y al día siguiente nos esperaba el "Lucho" y su castillo en Versalles....


Día DOS: Château de Versailles
Contextualizando un poco: El Lucho (más conocido como Luis XIV) se aburrió de París y tanto atao, por lo que decidió cambiar la corte (unas 6.000 personas) a Versailles, como a unos 40 kilómetros de París. Ahí se hizo una casita y un jardincito donde el pobre podía tomar algo de solcito. Por eso le decían el Rey Sol. Aquí hay una foto de la fachada:

Sobre el Palacio por dentro, la verdad es que el Lucho no se andaba con chicas... Se hizo un teatro con escenario móvil (como el que tuvo la quinta vergara en los 90', pero él lo mandó construir en 1670), una "capillita", un sistema para traer agua y cuanta lesera se le ocurrió para instalarse en Versailles. Además, tenía una camita bastante cómoda el pobre, y bueno, está la famosa Galeria des Glaces (Salón de los espejos) en donde el Lucho se hacía unos buenos carretes.

En todo caso, la vida de Lucho no era nada de fácil, tenía que participar de las ceremonias del amanecer y la puesta de sol, en donde su nodriza le daba besitos (cuando ya estaba bastante crecidito). La gente lo iba a ver como despertaba, y le cambiaban la camisa de dormir porque era gueno pa' transpirar. A parte, dormía en la otra ala del palacio que su esposa.

Creemos que por esa desgraciada rutina se mandó a hacer un jardincito, con como 1.000 fuentes y con unos lagos artificiales.
Por ejemplo, desde aquí una vista al castillo desde el final de la laguna principal (que obviamente tiene forma de cruz, suponemos que pa' la suerte).

Sobre lo jardines, sólo podemos decir que tuvimos que arrendar bicicletas para alcanzar a recorrerlos durante una tarde, porque son enormes (desde las ventanas del palacio no se ve dónde terminan). Además, en ellos hay otros palacetes, como el Grand trianon, que el Lucho mandó construir para escaparse de la rígida etiqueta de la corte. También está la Aldea de María Antonieta, con casitas de campo y techos de paja, donde a ella le gustaba jugar, haciéndose pasar por lechera.....¡¡¡¡¡¡la manerita de divertirse!!!!!.
Aquí hay algunas fotos nuestras, en el Palacio, en los jardines y en nuestras bicicletas....

La verdad es que este día lo pasamos de lujo, este lugar es hermoso y según lo que vimos, los franceses lo aprovechan al máximo los domingos, van con niños chicos, andan en bicicleta, arriendan botes, pasean por los prados junto a sus perros, etc..... y lo mejor es que tuvimos la suerte de disfrutar del sol (el mismo que disfrutaba el Lucho en estos jardines) y nos cobraron menos de un tercio por las bicis...

Terminamos cansadísimos así que nos fuimos a comer algo rápido donde un turco, unos doner, que por estos lados están bastante famosos. Mientras estábamos en el restaurant, una parisina enajenada nos molestó pidiéndonos comida, y fue bien raro porque casi le metía los dedos al plato al Felipe para sacarle papas fritas.

La verdad es que se ve mucho mendigo en París (por lo menos más que en Londres, Madrid y Salamanca), e incluso hay una protesta en donde muchas personas duermen en carpa en la riveras del Canal Saint Martin (que cruzabamos cada día volviendo a casa), exigiendo que el gobierno solucione el problema habitacional de estas personas. Pero los mendigos de acá beben vino en botella y tienen zapatos, saco de dormir y almohada, entre otras comodidades... y además, debe ser distinto dormir bajo un puente del mapocho que bajo un puente del Seina.

Día Tres: Museos y monumentos Part.I

Al otro día ya el clima no nos acompañaba, llovía un poco por lo que programamos actividades en el interior. Para eso, compramos la Musseumpass por 2 días, una tarjeta que por 15 euros diarios te permite visitar miles de museos y monumentos, sin pagar y sin hacer cola. Con la tarjeta en la mano, empezó una loca carrera para alcanzar a ver todo lo que queríamos en esos dos días, así que comenzamos en el Arc de Triomphe, otro ícono de París, con tumba del soldados desconocido y 240 escalones incluídos.

Y desde arriba se tiene una buena vista de los Champs Elysées, lugar indicado para quienes buscan tiendas de ropa cara. Sin embargo, como nosotros no estamos tan interesados en la alta costura, encontramos que no son pá tanto. Suponemos que en verano, con los árboles verdes puede ser algo mejor....., pero bueno, ya que Arjona lo dijo, nos paseamos de la mano.

Aquí una foto de la escalera que subimos y una vista desde lo alto del Arco a la Torre Eiffel.

Luego de eso, y de sacarle como 5 fotos a una japonesa que quería recuerdos, nos fuimos al Jardin des Tulleries, a comer uno de los cuantos paquetes de galletas que llevamos desde Salamanca. Aquí está Felipe reposando luego de la colación, con una de las alas del museo del Louvre de fondo...En estos jardines se encuentra el Arc de Triomphe du Carrousel que mandó a construir Napoleón, cuando el imperio la llevaba. Actualmente, este arco y el del Triunfo, se encuentran alineados con otro arco más grande, ubicado en "La Défense", un sector de París con edificios enormes y modernos, que más adelante visitamos. Los tres arcos se han transformado, entonces, en símbolos de París, aunque el de La Défense genera bastante controversia por su modernidad y su escasa relación con el estilo de los otros dos. Lo mismo pasó en los inicios de la Tour Eiffel, la que iban a desarmar en 19o9 por fea, y sólo porque servía para instalar antenas de radio la dejaron.Bueno, luego de la colación, y como en todos estos países una de las cosas importantes son las Iglesias, nos fuimos a la Cathédrale de Notre Dame de París en la île de la Cité. Este es el centro de la ciudad, donde vivieron los primeros celtas parissiene, donde los romanos fundaron la ciudad y donde está el kilómetro "0" francés.

Aquí algunas fotos de la famosa catedral, que como buena construcción antigua y clerical se demoró como 200 años en construir (1173 al s.XIV). Debido a esto, su parte trasera es gótica y su fachada no.

Por dentro destacan sus vitrales-rosetones que se suponen son originales.

Y obviamente, siguiendo el afán de Claudia de llegar siempre a lo más alto y aprovechar al máximo, subimos a una de sus torres, para ver desde lo alto el centro de la ciudad, mirar de cerca las gárgolas y admirar la arquitectura francesa clásica.

Luego, siguiendo con el centro más antiguo de París, y aprovechando la París-Musseum-Pass, entramos en la Saint Chapelle, que es una capilla menos famosa pero muy bonita. La verdad es que casi no tiene murallas, porque todas las "paredes" son vitrales donde se cuenta la vida de Jesús y otras historias sagradas. Para ir a visitarla hay que tener paciencia y encontrarla entre los edificios gigantes que la han rodeado.... Además, recomendamos ir con largavistas para poder "leer" con detalles los dibujos de los vitrales.

También aprovechamos de pasar por la Conciergerie que queda cerca, y que por dentro no tiene ninguna gracia, pero por fuera, llama la atención por su estilo arquitectónico medieval. Además, es un lugar recomendado porque durante la revolución fue una cárcel y en ella esperaron su turno para la gillotina, unas 2.700 personas, entre las que se encontraba María Antonieta.

Después de eso, vivimos una experiencia límite que nos ayudó a responder a la pregunta: ¿Cómo odiar el arte?. Simplemente, "Visita el Louvre en una tarde".

La verdad es que como el clima era cada vez más frío, y este museo es imprescindible si uno visita París, no quedaba otra cosa que hacer que partir a recorrer el museo más grande del mundo. Eso sí, nadie nos dijo que podía ser una pesadilla.

De verdad que el Louvre es un mastodonte de museo, tiene 2 alas, cada una con al menos 3 pisos y unos 700 metros de largo, sin contar los pasillo que las unen. En definitiva, para conocer cada una de sus obras se ha calculado que demoraría unos 9 meses, o sea, un parto. Por eso, nosotros decidimos ver sólo las obras más importantes y famosas, pero para llegar a ellas, teníamos que reccorrer como 8 cuadras cada vez.

Los primeros minutos alucinamos con la arquitectura del museo, supimos que antes era una fortaleza, y también nos enteramos que Napoleón III (el muy patúo) se llevó la mona lisa pa' tenerla en su pieza... Sin embargo, pasada la media hora, un tímido nerviosismo nos atacaba cuando equivocabamos el camino.
Luego de ver la Mona Lisa, la Venus de Milo, el Código de Hamurabi y habernos perdido unas cuantas veces, comenzamos a sentir algo muy parecido al odio por el arte y la rabia contra quienes reunieron todas estas obras en un sólo lugar. Sólo nos aliviábamos pensando que pronto cerrarían el museo y que de alguna forma alguien nos obligaría (y ayudaría) a salir de ahí.

Abajo algunas fotos del museo y las obras que vimos (obvio que no de la Mona Lisa porque la cuidan como hueso santo y no permiten fotografiarla). En todo caso, a parte de la Gioconda, algo que impresiona son las habitaciones originales de Napoleón III... ¡Ah! y por supuesto los grandes robos que han hecho todos estos museos para tener tamañas colecciones.

Después de esta experiencia, de verdad que el museo de Bellas Artes de Santiago es un chiste, el museo del Prado una broma y el British Musseum una pobre imitación.....

Finalmente nos hicieron salir (gracias a Dios), pero no terminamos absolutamente saciados de arte. Nos faltaba algo más contermporáneo, por lo que decidimos irnos al Centre National d'Art et De Culture Georges Pompidou, un edificio modernísimo donde en su emplanada exhibían un video (quedando una pantalla de unos 100x75 mts). Este es el centro de arte contemporáneo más importante del mundo y de verdad que encanta. Ahí dejamos de lado a Da Vinci yVelázquez por otros más actuales como Picasso, Klee, Matisse, Kandinsky o Miró.

De ahí, estábamos muertos, pero nos saltó la inquietud de cómo se veía París de noche desde el arco del triunfo, y obvio que nos fuimos pá allá. Y Champs Elysée seguía igual... o algo mejor Para terminar este día eterno, tuvimos un encuentro cervecístico con Pablo y Javi, que viven en París, y que nos sacaron a pasear por Belleville, a conversarnos unas escudos. Estuvo bastante entretenido, pelando a nuestros respectivos países putativos y comentando las aventuras que hemos tenido nosotros en Salamanca y ellos en París. Tanto duró la conversación que se nos pasó la hora.

Día Cuatro: Museos y Monumentos Part.2
Al otro día retrasamos en algo nuestra levantada y nos fuimos a ver el Pantheón, pero en la pasada nos topamos con la Universidad de la Sorbonna, que partió casi a la vez que la de Salamanca, aunque esta parece una iglesia.

Sobre el Pantheón, en este lugar Francia le rinde honores a sus muertos famosos, como Víctor Hugo y los esposos Curie. Ojo que Marie Curie fue la primera mujer sepultada acá, y en la actualidad la gente la visita y le deja cartas y flores de agradecimiento.

En realidad, la cosa no tiene mucha gracia pero el edificio la cagó, es impresionantemente grande y dentro está el Péndulo de Foucault, que es un reloj que comprueba el movimiento de rotación de la tierra. Aquí una foto donde se aprecia lo gigante que es.

Después de esto, pasamos por los Jardines du Luxembourg y nos metimos a un dato freak que nos dieron nuestros amigos parisinos: las catacombes.

Contextualización: En 1785 los cementerios estaban saturados, entonces, se les ocurrió meter los restos de 6 o 7 millones de parisinos cadavéricos en las fosas que dejaban la extracción de piedras para la construcción. Después, a alguien se le ocurrió que podrían diseñar diferentes motivos con los distintos huesos. De ahí a transformar aquél osario en un atractivo turístico no pasaron más de 30 años y quien era televidente de "Ripley: aunque Ud. no lo crea" recordará algunas escenas.

Como ven, las calaveras están ordenaditas dibujando cruces u otros motivos, y hasta es fácil pelarse algún húmero o peroné. En el trayecto, se recorre alrededor de un kilómetro y medio, 20 metros bajo tierra (o sea, más abajo que todas las líneas del metro, los trenes, los estacionamientos subterráneos, etc.), con miles de cráneos y otros huesos formando las paredes de los pasadisos. Una experiencia bastante rara.

Luego de tanto paseíto se nos abrió el apetito y optamos por comernos un típico Crêpe parisino, una verdadera delicia.
Con el estómago lleno, y aprovechando nuestra tarjeta París-Musseum-Pass, nos decidimos por ir al museo D'orsay, ubicado en una antigua estación de trenes tipo Estación Mapocho de Santiago. Este lugar está dedicado a los movimientos artísticos que se desarrollaron típicamente en París: impresionismo y art noveau.
Ahí gozamos de lo lindo con Monet, Renoir, Degas, Manet, Van Gogh, Cézanne, Matisse. Que mejor recuerdo que una foto con el autorretrato de Vicente.

Estábamos bien cansados, pero este museo, junto al Centro Pompidou, nos devolvió el interés por el arte, y las ganas de aprender mucho más sobre estos artistas. Recomendamos estas 2 visitas y bueno, el Louvre, es imprescindible, pero sólo una vueltita....

Para terminar este día, decidimos reccorrer algunos lugares que no habíamos conocido aún, como el Hôtel des Invalides, construido cerca de 1670 para albergar a los veteranos de guerra discapacitados.... una pequeña hospedería....

Día Cinco: Light my Fire
Último día en París, y amaneció nevando levemente, pero eso no nos impediría hacer nuestros últimos paseos por la ciudad de la luz. Partimos en el Cimetière du Père Lachaise, donde visitamos la tumba de Jim Morrisson cruzando las de Strauss, Oscar Wilde y otros loser.

Para fanáticos un pequeño corto musicalizado con el escenario actual de Morrison (¡¡no es como en la película!!)

Después de eso, partimos a "La Defénse", el sector más moderno de París, donde están los rascacielos que parece que cuidan desde lo alto la ciudad. Aquí se encuentra el Grand Arche de la Defénse, gigante, pero según los datos que teníamos, no se justifica subirlo. Además, con el día nublado, no habría buena visibilidad.

Así, partimos a MONTMARTRE, un barrio bohemio de París, donde vivieron famosos artistas como Toulouse Lautrec o Picasso. Es un lugar muy bonito, ubicado en una colina (al parecer la única de París), por lo que sus calles adoquinadas y en pendiente hacen recordar algo de Valparaíso. Es un sector bien turístico, con artistas haciendo retratos a los extranjeros, tiendas que venden reproducciones de pinturas conocidas y aquí también se encuentra el famoso MOULIN ROUGE, donde obviamente nos fotografiamos solamente (no nos alcanzó para entrar a ver el espectáculo). Aparte, se encuentra el Barrio Pigalle, muy conocido por sus tiendas eroticonas o más bien sinceramente pornos.
En este lugar también aprovechamos de almorzar y disfrutar de un rico vino Francés, como despedida....

Luego, seguimos subiendo el cerro hasta que en la cumbre, encontramos la BASILIQUE DU SACRÉ COEUR (del Sagrado Corazón por si no entienden nuestro francés). Es una iglesia bien bonita, aunque no de las más importantes de París. Su principal atractivo es que como se encuentra en lo alto de la única colina de París, su silueta se reconoce desde casi cualquier lugar de la ciudad. Por dentro no tiene tanta gracia, así que sólo una fotito del exterior.

Para ir finalizando nuestra estadía en París, tomamos un barco y nos fuimos a navegar por el SENA, un paseo obligado. La verdad es que hacía harto frío, pero valía la pena recorrer la ciudad desde el río, pudiendo ver por última vez la Tour Eiffel, Notre Dame, la île de la Cité, el Louvre, etc.

Después de eso, visitamos algunos lugares que nos faltaban como el PALACIO ROYALE Y EL DE LA ÓPERA, y nos fuimos a nuestro hotel a dormir un rato. Sólo un rato, ya que tuvimos que levantarnos a las 3 y media de la mañana, para caminar (casi 8 kilómetros bajo la lluvia.....toda una aventura), hasta el bus que nos llevaría al aeropuerto, de ahí a Madrid, y finalmente a nuestra casita en Salamanca.

Para terminar, podemos decir que nuevamente nos convertimos en unos turistas maníacos, recorriendo como enfermos cada rincón de la ciudad. Llegamos a Salamanca muertos (dormimos casi 20 horas consecutivas), pero todo valió la pena...

En definitiva ahora podemos decir que Londres te impacta en el acto pero Paris te seduce, mesh, tamos para el lonely planet.

*** Fin ***


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