jueves, 19 de octubre de 2006

30-S: Llegada a Madrid



Gran aeropuerto Barajas, con tren interior y ya no estaba en chilito.
Divertido como “al tiro” empiezo a valorar esas pequeñas cosas que lo hacen a uno sentirse en casa.
Ahì estaba Julio ¡Menos mal!, una cara conocida, con el estilo tierno de los Cáceres, de siempre. Nos llevó por las carreteras a Madrid y a su hogar. Salimos a recorrer y nuevamente el “extrañamiento” que me cierra el estómago.
Sólo la esperada Piscola. Que Julio esperaba hace años logró volver a centrarme.
Lamentablemente la pelota pasó a la Claudia que comenzó a sentir molestias en una muela.
Me impresionaron las grandes construcciones, los castillos, parques y los segundos que aparecen en las luces verdes para los peatones.
También una pareja de lesbianas que se besaban apasionadamente despidiéndose en el terrapuerto y la vitrocerámica que usan para cocinar.
¡Por supuesto! Ese inconfundible olor a ala española que comenzaba a contagiarme, sobretodo si llevaba puestos unos pantalones ya como 1 semana y que me acompañarán por unos 10 días más.

Obvio que llegando al aeropuerto me bajó el cansancio. Y el tema de las escaleras, pasillos, trenes, etc. me tenía un poco chata. Yo quería estar pronto en el Madrid que conocía y poder mostrarle al Felipe las cosas lindas que me habían impresionado…
Al final no resultó tan como yo quería pero igual fuimos a recorrer el centro y visitar la Plaza Mayor, la fuente de Cibeles, la Gran Vía, Sol, el corte inglés, etc. Creo que ese no fue el mejor momento para la primera visita de Felipe al centro de Madrid, porque estaba como sobrecargado con todo y me imagino que miles de imágenes pasaban por su cabeza, por lo que creo que poco pudo disfrutar….tendremos tiempo de recorrer con más calma…

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