Un largo camino que ya hemos ido andando
domingo, 30 de septiembre de 2007
29-09-2006 al 29-09-2007 = 1 año.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Navarra - Aragón - Madrid
El País Vasco: Fiesta, Playa y chilenos
Paseando por la ría obviamente nos dirigimos al Museo Guggenheim, una parte de la red de museos de arte moderno de la fundación Solomon R. Guggenheim. Este edificio diseñado por Frank O. Gehry ("mostro" de la arquitectura), inaugurado en 1997 y que pareciera ser un barco o hasta una carabela, concluye toda una modernización y re-diseño urbano de la ría de Bilbao planteada por el arquitecto César Pelli (página para ver arquitectura). Este modelo urbano le da todo un encanto al Bilbao moderno, que lo alejan de la ciudad industrial que era.
Los bilbaínos tienen toda una onda media revolucionaria: sus fondas usaban mucho graffiti y se escuchaba música algo punky. Según Claudia existe un corte de pelo vasco (algo amachetado corto arriba y casi changuera) y la estética que se lleva no tiene nada que ver con Zara sino más bien con la del barrio Bandera.Recorriendo los alrededores del río uno se encuentra con plazas con suelo de poliuretano y perros gigantes de flores ¡Nada que envidiarle al reloj de flores de Viña!Finalmente, por esas casualidades de la vida, mientras volvíamos, un vasco nos preguntó la hora y luego nos comentó que estábamos bien ubicados para ver los fuegos: justo nos encaminábamos a pasar sobre le puente del Guggenheim.De allí, la fiesta estaba sólo a unos pasos, y más aún si ya estaban regalando la cerveza.
Al otro día nos dirigimos a Portugalete sólo porque allí existe un puente colgante... literalmente colgante, construido en 1893 y que es Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO.El dichoso puente es una plataforma que cuelga desde la estructura metálica y se mueve por engranajes, por lo que es el primer transbordador del mundo. Obviamente, viendo los fierros cae de cajón que algo tuvo que ver Eiffel... en este caso, sólo puso la fábrica.
El sentido de crear un puente así y no como los habituales es que la ría de Portugalete es utilizada por grandes barcos que necesitan la vía libre, de modo que la mejor solución era un puente de este tipo y no levadizo.DONOSTIA (San Sebastián):
El Sol, la playa y el Verano nos llamaban a gritos y qué mejor que disfrutarlo en la playa La Concha de... ¡Donostia! o sea San Sebastián. Su nombre describe perfectamente la forma de tan famosa playa: una elipse en forma de caparazón de Vieira (Ostión). Esta ciudad, lugar de veraneo de María Antonieta, es como la Playa La Herradura de La Serena pero glamorosa (Por eso la pinta de Claudia).
Allí, a punta de baguet con chorizo deambulamos por la ciudad y nos aconsejaron ir a un borde de la playa donde está la famosa escultura "El Peine del Viento" de Chillida. La gracia de esta obra, no son solamente esos pinches que se ven en la foto. También simulan un "piuquén" o "bramador" como el natural que hay en Los Molles. Acá fue diseñado por el artista. Explicando un poco: hay unos hoyos en la explanada por donde sale el aire que sube por presión de las olas. La cosa es que todo español que visita Donostia desea retratarse en "El Peine del Viento de Chillida".Como queríamos sacar una foto donde se apreciara en toda su dimensión la grandiosa Concha Donostiarra, nos fuimos al Monte Igueldo donde hay un funicular que sube a la cima.. Como el pasaje costaba 2 eu. decidimos subir "andando". Grande fue la sorpresa cuando llegamos a la cima e igual cobraban 2 eu. por entrar... La rabia e impotencia carcomió nuestros espíritus y más aún cuando entramos en un aburrido parque de diversiones donde te cobraban por ir al baño y casi por respirar.
Pero bueno, la vista valía la pena, aunque por cagaos nos pegamos la media caminata.De allí había que descargarse de la rabia por lo que nos fuimos de tapeo y marcha por el Barrio Viejo, a pasos de nuestro hostal. Allí nos encontramos con la máxima expresión del arte de los pinchos, unas delicias marineras increíbles, con diseño gurmet incluido...
Lamentablemente Donostia no es una bagatela y por su gran turismo y cercanía con Francia (25 km.) pueden darse el lujo de cobrar lo que les dé la gana, aunque, de verdad, los pinchos lo valen. Lástima que no pudimos sacar fotos ya que la baba y los jugos gástricos hicieron estragos.
Otra peculiaridad increíble es que como los bares son tan pequeños y en Verano están abarrotados, los comensales deben salir a la calle. Así, toman su plato, recogen sus pinchos y se los sirven en la calle junto a su cañita. Cuando terminan, ingresan al bar, se dirigen al cantinero y en un máximo acto de estúpida honestidad confiesan su pecados gúlicos ¡¡Y los pagan!!.
Nos imaginamos el "éxito" que tendrían estos negocios en Chile.
Aquí se pueden apreciar las particulares costumbres ibéricas en el Bar: todo se bota al suelo (mientras más sucio mejor)... total hay alguien que lo limpia. Lo mismo ocurre en las calles y hasta en los pasillos de los edificios.Después de tanta cañita y babeo con los pinchos nos fuimos de juerga-dura en Donostia, rodeados de gringos, franchutes y uno que otro etarra camuflado...
Durante la noche recordamos que fuimos a un bar donde la garzona nos dijo que ella no nos iba a atender y trajo a una chilena. La cosa es que el bar (de pinchos) era de un chileno y trabajaban puros shilenos. Estaba en la plaza mayor del barrio viejo y era bien pijo. Gracias a nuestra cuna nos ganamos 2 jarras de cerveza.
Cantabria: sSsí...CaracolessS
Ojo que la Comunidad Autónoma de Cantabria, con su capital Santander, esta súper orientada al turismo, vale la pena ir a una de las oficinas de información donde te llenan de folletos y de cuanto dato freak exista sobre la zona.
Luego de todo un día por los cañones de los Picos de Europa erosionados por los ríos Dobra, Sella y Deva, llegamos a nuestro destino: La Vega de Liébana, el mejor lugar para comenzar a celebrar los "32 veranos diferentes".
Para empezar, justo pasaban por ahí el peliculón "sz-rrek de tir" (pronunciación española de shrek the third). Al aire libre, con la guena pantalla y ampli.
Por las curiosidades del clima, una borrasca hizo de las suyas cuando Shrek recién convencía al supuesto heredero de asumir la corona. A pesar de los truenos, relámpagos y que el agua se colaba entre nuestras bragas, nos armamos de paraguas y vimos completo el peliculón.
¡Toda una experiencia!, algunos se subían a sus autos y los aparcaban cerca de la pantalla para ver la obra, pero nosotros no claudicamos frente a Frey o Tlaloc (dioses de la lluvia)
Obviamente, con el alma empapada no quedaba otra que calentar el cuerpo y qué mejor que seguir celebrando los "32 veranos diferentes " con un Orujo, que no es otra cosa que un aguardiente (50°). De ahí seguimos con el licor de manzanas y hasta un puro saltó por ahí. Es que al igual que a Anibal Smith y Mario Santos: nos encanta cuando un plan resulta.De ahí, recibir la llamada del "compadre" entre los Picos de Europa sellaría el inicio de las celebraciones.Al otro día, sin mayor percance, nos dirigimos a Fuente De, un teleférico que asciende más de 800 mts, en ocasiones casi verticalmente y que suele tener miles de visitantes diarios. Por fortuna llegamos temprano y sin casi hacer cola subimos sin pensar en la escotilla.Desde abajo apenas se ve donde está la estación terminal y se aprieta la tripa (la guata) cuando un viento menea el artefacto de lado a lado.
Pero las vistas valen la pena y sobretodo sacarse una foto en una terraza en donde uno queda literalmente en el aire con el despeñadero a los pies.Desde Fuente De, nos fuimos a Castro Urdiales, solamente siguiendo nuestro instinto: un pueblo costero chico y cercano a Santander. Esos datos nos hacían suponer productos del mar, pero también habíamos sido informado que allí se comía un plato típico de Cantabria: Caracoles de Huerto.El comer Caracoles de Huerto (de tierra para nos. o helix pomatia para los malacólogos o helicultores) se transformó en uno de los ritos para celebrar los "32 Veranos diferentes" y OJO que la temporada de caracoles es en Noviembre y casi nos quedamos sin degustarlos.
La cosa es que lo mejor de los caracoles es la salsa picante que los acompaña. El asunto se come con unos mondadientes grandes y largos que se meten a la concha y atraviesan al bicho, el que sale fácilmente de su caparazón mostrando todas su babosidades y cachitos incluidos para recalar en la boca del comensal... El plato es caro y no muy sabroso pero el orgullo de superar la nausea merece la aventura.
Ahora lo recordamos con cierto revoltijo estomacal y hemos instalado una planta de acogida de caracoles en problemas en nuestro estrecho piso.
Para quien desee, aquí va la receta para cocinar Caracoles de Tierra.El asunto de comer los benditos caracoles era peor aún teniendo en nuestras narices todo un abanico de bonitos, besugos, merluzas, mejillones y cuanta tapa quisiéramos. Más cuando por el precio del plato de caracoles (unas 14 lucas o 20 euros), nos abríamos zampao unos 10 pinchos