Y junto con la suegra, vino la Abuela y la Cuñá; así que revivimos el mítico Coca's Group. Y como nos gustan los desafíos, había que superar los 46º de calor. No se nos ocurrió nada mejor que ir a Berlín a pasar la navidad a temperatura negativa.
Pero no esperábamos que en la "bien cercada" y en Toro el clima nos iba a plantear una dura prueba: una ola de frío y niebla atacaba tierra Zamorana. Todo ello impidió que nuestras visitas disfrutaran de los Castillos de Rapunzel que caracterizan esta tierra Leonesa. Como muestra, la vista desde el mirador de la Colegiata de Toro (Catedral).Y a continuación la vista real del valle del Duero Toredano (Puente Romano incluido) que deberían haber disfrutado la duquesa y su séquito.La bruma espesa hizo ver este amurallado de Toro bastante interesante. Aunque un personaje incógnito y peligroso se hizo presente al extremo derecho de la foto ¿Era un fantasma?, ¿Un pato malo?¿Un gamberro queriendo asaltar a la duquesa?...(ojo la tenida invernal "calipso" europea)
Luego de las gélidas caminatas por las tierras Zamoranas el viaje iba hacia Berlín para visitar al Tío Kuto: miembro de la germánica familia Seemann que, llevado por sus raíces, decidió radicarse en las tierras de Otto y Fritz. El re-encuentro fue emocionante, como suelen ser las reacciones en los Alemanes: el llanto, los abrazos y los gritos hicieron despertar a un bar medio dormido. Todo el mundo se enteró que esa noche dos hermanos que no se veían hace 8 años volvían a encontrarse.
Algo ocurre en las tierras teutonas que la fuerza de gravedad se hace más fuerte e impide a algunos despegarse más del suelo. Incluso creen que pueden superar las dimensiones de un Zamorano ¡Y le echan la culpa a las zapatillas! Pero aquí queda comprobado que Tío Kuto era el "chico" y Felipe el "alto"
Luego de comer los embutidos y salchichas correspondientes, nos fuimos a la Estación de Hauptbahnhof que estaba vestida especialmente para las fechas. Ojo con la original tenida de hermanas gemelas de las modelos, un estilo que se está imponiendo en el mercado invernal europeo.
Desde la Estación de Hauptbahnhof pudimos caminar hacia el barrio cívico Berlinés y sacarnos una foto de noche en el Reichstag, sitio donde se realizó el primer fotoshop de la historia.
Al otro día, alcanzamos a tomar la foto en el Reichstag con luz natural, lo que resultó bastante difícil tomando en cuenta que por esta época, en Alemania anochece como a las 4 de la tarde. Lamentamente no pudimos conocer la gracia del Parlamento Alemán o Reichstag que es visitar su cúpula y mirar la ciudad luego de subir su espiral: el frío no nos permitió mantenernos en la cola de entrada más de 5 minutos. De allí, a unos pasos fuimos a la Brandenburger Tor, que en tiempos de la Alemania dividida quedó en tierra de: ¡nadie!
Por la misma zona se encuentra el Memorial de los Judíos de Peter Eisenman: 2.711 bloques de cemento tipo tumbas.
La instalación urbana tiene su onda, aunque fue cara y emplazada en una de las zonas más exclusivas de Berlín.Los "jóvenes" del Coca's Group utilizamos el espacio, muy a pesar de nuestra Führer, quien criticaba la falta de alambres de púas, huesos y cenizas.
Lamentablemente revisando la bibliografía de esta entrada nos enteramos que bajo el memorial existe un museo y un búnker, los que habrían satisfecho los deseo de La Líder.Cerca de la ciudad cívica Berlinesa se puede llegar a Unter der Linden (Bajo los Tilos), el centro Berlinés antes de la guerra y luego centro del Berlín Oriental, que por estos días estaba vestido de luces esperando al Viejo Pacuero.
A algunas cuadras se encuentra el Checkpoint Charlie en la Friedrichstraße, que limitaba el paso de la zona Estadounidense con la Soviética. Este punto fue demolido en el 1990 y reconstruido en el 2000, respetando todo exactamente como era, excepto los sacos de arena, que ahora son de cemento.
Cerca del Checkpoint uno se encuentra con restos del muro de Berlín. Nuevamente tarde, nos enteramos que en esta zona están los pedazos mas pequeños. En otra área de Berlín todavía se pueden encontrar partes más largas de la mítica división (Múhlenstraße con 1,3 km. de los 155 que tenía originalmente).
En ese mismo sector se puede alquilar el mítico Trobi, ya sea en sus versiones sedán, hatchback o station. Este auto típico de la RDA o DDR, tenía su carrocería construida de una mezcla de algodón, resina y aserrín (Duroplast) por lo que le llamaban el "Carton Auto". El Trobi tenía un motor de dos tiempos (tipo moto de saltos), que con suerte llegaba a los 100 km/h. De los más de 3 millones que se hicieron quedan cerca de 50 mil, y fue el primer auto fabricado con material ecológico por lo que, en su construcción se contaminaba menos que cuando se ponía en marcha.Siguiendo nuestro paseo nos encontramos con un museo al aire libre sobre el Holocausto y con una nueva gemela de parka!!!. Evidentemente, las chicas del Coca's Group estaban imponiendo la moda en Berlín... cuando se tiene estilo no hay nada que hacer.
Lamentablemente, el frío continuaba acompañandonos las 24 horas del día, obligándonos a entrar a cualquier local climatizado para disfrutar de algún brebaje caliente que nos hiciera volver a tener conciencia de nuestros dedos. Fue ahí cuando descubrimos cómo lo hacen los alemanes para soportar esas temperaturas.... En sus ultra producidas ferias navideñas, entre salchichas y chocolates, venden Glühwein, un vino caliente tipo navegado, delicioso y que resulta altamente efectivo para entrar en calor.
Un lugar obligado para visitar en la capital teutona es la Torre de Telecomunicaciones de Alexanderplatz, creada por la República Democrática Alemana como soporte para las comunicaciones, pero también como un símbolo político y arquitectónico de Berlín Oriental. Se puede subir hasta cerca de los 200 metros en un ascensor que sólo tarda unos 40 segundos, y arriba se disfrutan de vistas de la ciudad y de un restaurant que es evidente copia del Giratorio de Santiago.... Estos alemanes tan poco originales. En algún momento del viaje comenzamos a ver a nuestra Lider con dificultades para desplazarse. Pensamos que se repetiría el episodio de los talones hinchados del año anterior, pero esta vez, ese no era el problema. Nooooo... la Duquesa había elegido los zapatos más apropiados para las circunstancias en las que nos encontrábamos, pero éstos no estaban respondiendo a la altura de las expectativas. No quedó más que fotografiarlos y dejar un registro gráfico de cómo estas prendas de vestir "reflejan la dignidad de las personas".
Deambulando por Berlín en nuestro Audi A4 Avant Station con asientos de cuero calefaccionados + Mirna (GPS), pasamos muchas veces por frente de la Siegessäule o Columna de la Victoria, que está en la rotonda Grosser Stern, en el corazón del Tiergartern, el parque más grande de Berlín. La Siegessäule conmemora las victorias prusianas sobre los Daneses, Austriacos y Franceses. Se construyó 1873 al frente del Reichstag, pero el gobierno Nazi la emplazó en este lugar aumentando su altura. Podríamos haber subido sus 285 escalones pero eran muy pocos para nuestro nivel de exigencia.
Un lugar obligado para visitar en la capital teutona es la Torre de Telecomunicaciones de Alexanderplatz, creada por la República Democrática Alemana como soporte para las comunicaciones, pero también como un símbolo político y arquitectónico de Berlín Oriental. Se puede subir hasta cerca de los 200 metros en un ascensor que sólo tarda unos 40 segundos, y arriba se disfrutan de vistas de la ciudad y de un restaurant que es evidente copia del Giratorio de Santiago.... Estos alemanes tan poco originales. En algún momento del viaje comenzamos a ver a nuestra Lider con dificultades para desplazarse. Pensamos que se repetiría el episodio de los talones hinchados del año anterior, pero esta vez, ese no era el problema. Nooooo... la Duquesa había elegido los zapatos más apropiados para las circunstancias en las que nos encontrábamos, pero éstos no estaban respondiendo a la altura de las expectativas. No quedó más que fotografiarlos y dejar un registro gráfico de cómo estas prendas de vestir "reflejan la dignidad de las personas".
Deambulando por Berlín en nuestro Audi A4 Avant Station con asientos de cuero calefaccionados + Mirna (GPS), pasamos muchas veces por frente de la Siegessäule o Columna de la Victoria, que está en la rotonda Grosser Stern, en el corazón del Tiergartern, el parque más grande de Berlín. La Siegessäule conmemora las victorias prusianas sobre los Daneses, Austriacos y Franceses. Se construyó 1873 al frente del Reichstag, pero el gobierno Nazi la emplazó en este lugar aumentando su altura. Podríamos haber subido sus 285 escalones pero eran muy pocos para nuestro nivel de exigencia.
Otro gran monumento a la memoria de la guerra es la Iglesia de Kaiser Wilhem que es conocida como Gedächtniskirche o Iglesia del Recuerdo (como leen, el alemán es facilísimo de pronunciar y de sonido armonioso para un latino). Gedächtniskirche está en la plaza Breitscheidplatz, estación Kurfürstendamm de la U-bahn (metro). Luego de mucho meditar los Berlineses decidieron mantener la Iglesia bombardeada y construir una pequeña torre moderna al lado. La escena tiene algo que no la hace parecer descontextualizada... debe ser el arte de la arquitectura.
Y cómo nos vamos a olvidar del Transatiago, por eso hicimos un detallado estudio del Berliner U-Bahn o metro de Berlín. Tiene 9 líneas y más de 144 Km. de longitud, sin considerar la S-Bahn o trenes de cercanías. Dentro de las curiosidades está su división siguiendo la partición de la ciudad post-guerra; así como su reconstrucción luego de la guerra en unos 3 años. Obviamente el sistema de pago es a prueba de chilenos: uno paga y sólo dios sabe cuando puedes ser controlado. Ojo que las estaciones no son ni tan modernas, ni asépticas ni con trenes tan lujosos como los chilenos: simplemente sirven para transportarse eficientemente y durante las 24 hrs. del día.
En alguno de los días nos fuimos al Jüdisches Museum Berlin o Museo Judío, una obra arquitectónica espectacular. Los desniveles, patios y distribución del espacio hacen que el museo sea un edificio conceptual que en su misma estructura expresa la vida e historia de los judios en Alemania. Todo por obra y gracia del polaco Daniel Libeskind (uno de los pocos edificios construido por este teórico de la arquitectura). En palabras del autor, la estructura expresa el "vacío y la ausencia" que provoca el holocausto con la matanza de los Judíos-Alemanes; dichos conceptos se observan en el ala Libeskind del Museo. Otro elemento particular son los desniveles, con pasillos de suelos ondulados que desorientan cual Judío bajo la experiencia del exterminio: no sé donde voy ni que va a ser de mí. No hay que dejar de encerrarse un momento en la Torre del Holocausto, perderse en el Jardín del Exilio, poner un papel en el Árbol de los Deseos y zapatear entre las Hojas Caídas, instalaciones que connotan.
Estando en Berlín no cuesta nada conocer la ciudad en donde vivió la primera Presidenta de Chile: Potsdam, lugar en donde se casó, trabajó y estudió. Allí mismo en Potsdam se encuentra el Palacio de Sanssouci (Sin preocupación), construido por el rey prusiano Federico II El Grande y que tiene alguna similitud con Versalles.
Aquí Federico pasaba sus veranos y como le gustaba la wena conversa invitaba a tipos como Voltaire y Bach. Uno puede caminar por sus jardines y visitar el Neues Palais, aunque si hay 0º de temperatura la tarea no deja de ser un riesgo.
Camino de Berlín a Hamburgo pasamos a comernos unos pasteles Alemanes-cocinados-por-Aleman@s-en-Alemania en el pequeño pueblo de Neustadt-Glewe, que no tiene más gracia que ser un pueblo de Alemania-con-cosas-y-casas-típicas-de-los-pueblos-alemanes.
Y llegando a las tierras hamburguesas del Tío Kuto visitamos uno de los puertos más grandes del mundo.
También visitamos la St. Michaelis Kirche, Der Michel o Iglesia de San Miguel, construcción protestante en donde la luz del divino al fin pudo convertir a Mariana quien se arrodilló conmovida por la fé y la palabra de dios... o sea: encendió una vela invocando la ayuda divina. "...hay que usarlas toas...", se justificó.
En Hamburgo también pudimos degustar la mano del Tío Kuto quien nos agazajó con una cena chilenoteutonaibérica conquistando los paladares e hígados de todos los comensales. El Tío Kuto habia tomado nota de los gustos de cada uno y nos tenía todo lo que habíamos nombrado a lo largo del viaje, por ejemplo: palta para la Claudia y whisky de bajativo.