Salamanca es una bonita ciudad, bañada por el Tormes y con unas construcciones que se imponen de sorpresa,
uno gira en un esquina y aparece una basílica del año del pico.
Se escuchan diferentes lenguas en las calles y se ven diferentes colores en los rostros, pero lo que permanece es el aroma, inconfundible, cuando algunos españoles levantan el brazo.
Llegamos a Salamanca y para variar queriendo verlo todo al tiro, nos recorrimos toda la ciudad caminando, con las mochilas, el computador y el cansancio arrastrado desde Santiago. Nos impresionamos con las iglesias, monumentos, estatuas, casas, calles, todo construido hace como mil años. Además nos impresionó la gente, descubrimos que en las tardes salen a caminar por el centro, sin ningún rumbo, aunque sea domingo y esté todo cerrado. La plaza mayor se llena y la gente camina y comparte con otros a un volumen que permite a todos enterarse y saber en que andan.
Nosotros ya hemos adoptado la tradición de caminar por las tardes en el centro....... ahora, lo de andar gritando, todavía no, pero quien sabe, todavía nos queda un buen rato acá.
Otras tradiciones que nos gustan es la siesta…queremos adoptarla pero aún estamos un poco ansiosos con todo lo que tenemos que hacer para terminar de instalarnos así que, por el momento, la siesta nos corta el día porque todo cierra….esperamos que en un par de días logremos compartir con los salmantinos este horario de descanso.
Otras tradiciones que nos gustan es la siesta…queremos adoptarla pero aún estamos un poco ansiosos con todo lo que tenemos que hacer para terminar de instalarnos así que, por el momento, la siesta nos corta el día porque todo cierra….esperamos que en un par de días logremos compartir con los salmantinos este horario de descanso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario