Un día viernes, desesperados y sin mediar razonamiento decidimos alquilar un coche y a ton-ton...
Perderse no es tan difícil, considerando la cantidad de pueblos escondidos con no más de 10 habitantes promedio al año..Por ejemplo, fuimos a Campillo donde está la iglesia de San Pedro de la Nave, construida por los visigodos allá por el año 700. Éste es su nuevo emplazamiento debido a que el original yace ahora bajo el embalse del río Esla
También recorrimos los sembradíos castellanos con su particular forma de arrumar la paja aunque luego nos enteramos que sólo eran obra de la tecnología europea.
Y nos retratamos junto al ganado bovino español, que difiere en algo del hereford u Holando Argentino que se ve en Chile, ya que aquí se usa más bien la Alistana-Sanabresa.
Ahora entendimos que no son sólo los cortes de carne los que nos resultan extraños, sino que es la misma vaca la ajena.
También visitamos el viejo Castillo de Alba y Aliste, un castillo templario bañado por el río de Aliste. Aunque queda poco del castillo, al menos nos pudimos imaginar a doña cayetana (la duquesa de Alba, con más títulos nobiliarios que la misma Reina de Gran Bretaña), paseando por los aposentos de la mansión.
También pudimos retratar los trazos que dibujan los aviones en el cielo y que llaman tanto la atención a quienes no solemos ver el cielo azul.
Visitamos el pueblo de Sejas de Aliste (todo ello en la Comarca de Aliste), con sus típicos molinos de agua.
Ojo, que se denomine Comarca no es una exageración ni cita a El Señor de los Anillos, es así como se denomina a... este... eee... bueno: una Comarca.
Para ver el molino por dentro se sugiere pedirle a un vecino que lo muestre, lamentablemente no apareció ningún Sejano en ese momentoY nos retratamos en el muy Castellano pueblo de Nuez de Aliste, con sus casas tradicionales con piedra de sillería. Este pueblo, de verdad que impresiona por como se ha detenido en el tiempo, con casas y balcones que merecen más de una foto.
Por supuesto que a cada paso agradecíamos que aquí no hay temblores ni "seísmos", como suelen llamarle en España a los temblores.
Aprovechando el tema de los Seísmos, debemos señalar que un terremoto aquí se refiere a un movimiento telúrico de 3,5 grados... momento en que la gente se desorienta, escapa despavorida y se desmaya... es que ¡joder! la tierra se mueve y entra el pánico... En Chile, dicho movimiento lo provoca el suave vaivén de los vecinos celebrando el aniversario de matrimonio
Por supuesto que a cada paso agradecíamos que aquí no hay temblores ni "seísmos", como suelen llamarle en España a los temblores.
Aprovechando el tema de los Seísmos, debemos señalar que un terremoto aquí se refiere a un movimiento telúrico de 3,5 grados... momento en que la gente se desorienta, escapa despavorida y se desmaya... es que ¡joder! la tierra se mueve y entra el pánico... En Chile, dicho movimiento lo provoca el suave vaivén de los vecinos celebrando el aniversario de matrimonio
También nos adentramos en la Sierra de la Culebra, pasando por la Reserva Regional de Caza de Sierra de la Culebra, en donde está la mayor concentración de Lobos de España (entre 30 y 60 parejas) y los Ciervos (más de 1.000).
Y luego nos tomamos una gaseosa en el conjunto histórico artístico de Villardeciervos, antigua tierra de contrabandistas
También, al acercarnos a Tábara pasamos por Abejera, donde se encuentran los tradicionales corrales, recintos en donde se guarda el ganado para protegerlos del Lobo, una de las construcciones más tradicionales de la Comarca de Aliste
También subimos a la montaña a visitar Puebla de Sanabria, algo parecido a La Parva pero sin tanta nieve. Se supone que por aquí vive gente desde el 569
Luego de tanto viaje, no quedaba otra que ir a bañarnos en el Lago de Sanabria, el más grande lago glaciar de España
También navegamos en bicicletas de agua, comiéndonos unos bocatas de chorizo cual peña de Zamora que va a hacer una acampada.
Pudimos recorrer el campamento de Petavonium de la Legio X Gemina, parte de la ruta romana que recorría estas latitudes. Del campamento queda poco, pero con imaginación y gracias a los cuadros uno puede ver a Máximus Magmánimus deambulando por estos lares. (Ojo que las torres originales eran de piedra y estas sólo se utilizan de referencia para graficar el tamaño del campamento)
Además encontramos el Castillo de Granucillo ubicado al borde del pueblo del mismo nombre
Y por el Sur de la provincia visitamos la zona de los Arribes del Duero, junto a Sanabria una de las más turísticas de la provincia
En los Arribes del Duero el cauce del río es re-aprovechado por centrales eléctricas y regadío. Ojo que el río Duero es la cagá, recorre más de media España y llega hasta el Atlántico en Portugal; cuna de los mejores vinos que hemos probado por acá y pronto visitaríamos su génesis.
Casi finalizando pudimos encontrar (confiados en ton-ton) uno de los lugares que más queríamos visitar: el Castillo de Villalonso, un escenario digno de película, por ejemplo, de la lucha de Isabel la Católica para llegar al trono.
El Castillo de Villalonso y el cielo estuvieron muy dispuestos a mostrar su mejor cara para nuestra "practika", aunque el calor nos pasó la cuenta. El viento africano que rondaba por la península no nos dio tregua pero cumplimos la misión.
Luego nos fuimos a Toro, un pueblo muy cercano a Zamora que se destaca por el vino, aunque el calor del Verano aconseja una visita para cuando haga mas fresco... ojo con pedir las tapas típicas porque sin saber uno puede terminar comiendo una criadilla de toro, que obviamente tiene un nombre que hace difícil reconocer su contenido.
Y se puede visitar la Colegiata o Iglesia de Santa María que contiene uno de los pocos cuadros en donde la Santa María Purísima muestra una teta con la que amamanta al niño Jesús, como también, una de las pocas estatuas en donde la María muestra su vientre preñado.
Ahora podemos hablar largo de Zamora,
comprarnos la boina y
buscar las ovejas para arriar como son los deseos de nuestro
amigo el Chef
comprarnos la boina y
buscar las ovejas para arriar como son los deseos de nuestro
amigo el Chef
(Los lugares que sólo conocen los Zamoranos, esperemos,
vendrán con el tiempo)
vendrán con el tiempo)
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