Después de reponer energías y desconectarnos un poco del mundo árabe en el que habíamos estado metidos, decidimos irnos a Roma. Eso sí, esta vez le mostraríamos a
Máii la clase de viajes que hacen quienes no tienen un futuro como conservador de bienes raíces. Así, agarramos nuestra
maletita, dormimos en la T1 y a las 5 de la mañana estábamos listos para la nueva aventura.
Nuestro Hostal cerca de
Términi (zona clásica de hospedajes baratos) era realmente bueno. Desayuno, pieza con baño privado, calefacción,
TV cable... El único "pero" fue el ascensor, que no tenía mucha capacidad. Menos mal que eso lo supimos cuando sus puertas se habían cerrado con nosotros tres adentro, nuestras tres maletas y la
recepcionista del Hostal que se reía nerviosa esperando que al artefacto le diera para llevarnos al 4° piso.
El primer encuentro con la capital Itálica consistió en un recorrido eterno por sus calles, plazas, monumentos, fuentes, etc. Mapa en mano emprendimos el paseo, zigzagueando por las calles sin rumbo establecido. Y es que avanzábamos un paso y descubríamos un monumento interesante para ver, un lugar clásico que no nos podíamos perder, una plaza bonita, una aglomeración de turistas.... y así, sin cachar muy bien cómo, fuimos descubriendo Roma y sus atractivos.
Por ejemplo, la Piazza della Minerva, con uno de los tantos obeliscos egipcios del mundo, esta vez sembrado al frente de la Iglesia de la Santa María Sopra Minerva.
El elefante fue elegido como símbolo del obelisco para representar la piedad y la inteligencia... (debe ser por lo de la memoria del elefante). La Iglesia de Santa María sopra Minerva es la única iglesia gótica de Roma... al entrar el cielo impacta...
La presencia de detalles religiosos en cada esquina, hace recordar que la casa central de la iglesia Católica está cerca: sus símbolos se cuelan por donde uno pase. Así, en las tiendas de
souvenirs y postales típicas de la ciudad, también venden calendarios donde posan los curas más atractivos del año... Aunque al parecer el significado de "atractivo" fue definido por el propio Benedicto
XVI (véase Enero o Agosto), hay otros que bien podrían dar un sermón desde un
afiche de
Calvin Klein.
También se puede ver la mezcla se lo religioso con el gusto por la moda típico de Italia... En la tierra del
glamour y el diseño, ¿cómo no iban a haber diseñadores especializados en curas?
Claramente no quisimos perder tiempo
vitrineando estos
modelitos, porque ni el color ni el corte nos sientan bien. Por eso, mejor ir directo a donde la moda sí que la lleva... Eso si, sólo a mirar, porque para comprar algo tendríamos que haber vendido a uno del equipo, y tal vez ni con eso nos alcanzaba (
Interesad@s dirigirse a la
Via dei Condotti subiendo hacia la
Piazza di
Spagna)
Pero bueno, Roma no es famosa sólo por los curas y la moda. También es una ciudad que atrae por su ambiente, la onda desordenada y hasta caótica, con miles autos intentando avanzar por callejones de medio metro, con edificios y casas viejas en los que sólo queda un leve pero indemne tinte de su pasado esplendoroso. Cada pasaje esconde un rincón digno de ser fotografiado...
¡¡QUÉ LINDO TODO!!!.
(Máii cada 3 minutos)
Algunos estaban tan entusiasmados que hasta se dieron algunos afectuosos abrazos que quedaran registrados para la posteridad.
En nuestro deambular vamos tropezando con cosas que llaman nuestra atención, como
La Columna de Marco Aurelio, construida entre el 176 y el 192, con 30
mts. de alto y 3,7 de diámetro, y en la cual están esculpidas en espiral las victorias del propio Marco
Aurelio. Una de las gracias de la Columna es que tiene unas 2.500 figuras, incluso con perspectiva: las de más arriba son más grandes.
O este pie de mármol, descrito en una guía turística como tan "impresionante" que hasta la calle en donde está le debe el nombre.... La verdad es que al encontrarlo uno se desilusiona un poco: llegamos con unos gringos que opinaron lo mismo. El dato
freak es que la Roma antigua tenía más estatuas que habitantes (más de 1.000.000!!!), algunas de ellas de tamaños inimaginables y decoradas en oro, plata y piedras preciosas... Como a Claudia le encantan los pies, tuvo que retratarse con él.
Pero en fin, estábamos en Roma y si un pie gigante de mármol no era lo que esperábamos, daba lo mismo, a media cuadra encontraríamos algo realmente impresionante. Como la
Iglesia de San Ignacio de Loyola, que por fuera no llama mucho la atención y podríamos haberla pasado como si nada.... pero
Noooo!.
Uno de sus atractivos principales es el techo, donde se describe la expansión del catolicismo por el mundo. Lo realmente llamativo es cómo el artista logró que el cielo de la iglesia se viera como si tuviera varias alturas, con columnas, arcos y ventanas, que se van empinando unos sobre otros... Incluso el lente de la cámara es engañado por la habilidad del artista, como se ve en la foto de arriba. Pero en realidad el techo es liso y cuando uno sale del lugar estratégico para mirarlo, el dibujo permite que descubramos el truco.
Y el segundo efecto visual es la cúpula de
Sant'Ignacio di
Loyola:
Aquí, a pesar que uno ve claramente cómo el sol entra por las ventanas y crea rayos luminosos que se extienden por el techo, todo es falso. La iglesia no tiene cúpula e incluso cuando uno se acerca, se puede ver cómo la escotilla del "centro" está "levemente" corrida hacia la izquierda.
Cerca de esta iglesia está el
Panteón o "
templo de todos los Dioses", construido en el año 25
AC y
remodelado por
Adriano en el 125
DC.
La verdad es que no parece que fuera tan antiguo. Ojo que el estilo
panteónico lo han copiado en
París (Napoleón) y obviamente los gringos para hacer su W
hite House.
Atravesando esta fachada nos encontramos con una construcción redonda y gigante, con una cúpula de 44
mts. de diámetro, que la hace más grande que la del mismísimo Vaticano.
Sólo porque es más baja que la cúpula del Vaticano no impresiona tanto, aunque el techo con sus cuadraditos hace meditar si realmente en el siglo I hacían estas cosas. En el centro de la cúpula, hay un hoyo de casi 9 metros de diámetro abierto hacia el cielo.
La Fontana di Trevi...
Atractivo imperdible, imprescindible...
ícono di Roma, postal habitual... foto típica... En fin, si uno pasea por Roma hay que darse una vuelta por la
Fontana.
Los Romanos construían al final de los acueductos una producida fuente: la
Fontana es la más grande. El Papa Urbano
VII encontraba a la antigua
Fontana muy humilde y le pidió a
Bernini que hiciera algo más monumental. Finalmente fue un tal Salvo quien erigió tamaña pileta en
Trevi.
La iconografía de la
Fontana simboliza a Neptuno domando el mar junto a dos caballos marinos. Cada uno de los
corceles simboliza el lado bueno y malo del mar, uno dócil y sumiso, otro bravo e
indomable. Al centro Neptuno bajo el Arco del Triunfo con dos
estatuas a sus costados: la abundancia y la salud.
La tradición dice:
Si tiras UNA moneda: Volverás a Roma...
Si tiras DOS monedas: Te enamorarás de un@ Roman@...
Si tiras TRES: Obviamente te casarás con un@ Roman@...
Para algunos con una bastaba, aunque vimos a una chilena que tiró monedas como loca.
Ojo que si lanzas euros se lo queda el ayuntamiento di Roma, pero si lo que tiras son monedas extranjeras, son entregadas a la Cruz Roja u otras fundaciones solidarias... un par de gambas pá la Cruz Roja italiana pués...
Esta tradición de las monedas parece venir del cine, con la película "Tres monedas en la Fuente", la cual se reforzó en "La Dolce Vitta" de Fellini, con Marcelo Mastroianni. La cosa es que por culpa de la Fontana y la peli, ahora se llenan de monedas millones de fuentes en el mundo.La gracia es pasear por la fontana de día y de noche, con luz natural y artificial... siempre está llena de gente, chinos vendiendo webaditas por 1 euro, subsaharianos con CD piratas, sudacas webeando, alemanes tomando chela e italianos tirando redes pá agarrarse al turista del día... En fin, una fuente de historias.El Bello y Moderno Metro di Roma...
Moderno no es: tiene sólo 2 líneas subterráneas y otras 3 líneas más pequeñas (entre tranvía y suburbano). Todo un desarrollo de la Italia fascista de
Mussolini. Lamentablemente esta ciudad es algo antigua, tiene uno que otro terreno arqueológico y, bueno, está llena de italianos (algo más extremos que los querido argentinos)... todo ello ha hecho que el metro Romano no sea una red como la de Londres,
París o Madrid... Pero de que sirve: sirve. Cualquier semejanza con el
transantiago tiene cierta validez.
Paseando por Roma...Una de las gracias
indescriptibles de Roma es... estar en Roma. La zona cerca de la
Piazza Navona alberga tiendas, bares y
restoranes únicos. Paseando por una calle estrecha y adoquinada, entre edificios gruesos y antiguos, uno traspasa vitrinas con un gusto
preciso y ajustado al contexto... No es estar en Alonso de Córdoba (
puáj!), ni Providencia (grrrr!)... es algo.... Es una mezcla entre Santa Lucía, el Pueblito de los Domínicos y los más refinado de Bellavista, todo en un contexto europeo.
La Pizza y la Pasta Romana...
Qué mejor que ir a el Barrio del
Trastevere, al piola
restorán de
Ivo Trastevere, a saborear una Pasta y una
Pizza hecha en Roma. La pasta "al dente", es a nuestro gusto Chileno: cruda (pero crudamente rica). Y la
Pizza Romana es de masa delgada y quemada en sus bordes... Un lujo al paladar para reconocer que la comida Italiana fuera de Italia es otra cosa.