No es que nos burlemos de nuestros anfitriones, sino todo lo contrario:
Bea y Gabo son payasos... orgullosos payasos profesionales que
NUNCA animarían un cumpleaños en el McDonald's.
Por esas cosas del destino, quedamos justo delante de Vicho (el hermano de Gabo) en la cola de extranjería. Después, nos encontramos un par de veces en las calles de Salamanca, en los semáforos; comenzamos a reunirnos, competimos por llevar el pedido más rápido, nos tomamos una de pisco, jugamos unas pichangas conocimos a su señora (Pame), su hijo (Martín) y su hermano: El Gabo... O sea, yuntas poh!: ejemplo de la amistad chilena APP: (asao), pisco y pichanga.
Y entre copa y copa, fuimos acompañando a este Don Juan Latinoamericano en la conquista de su Doncella Charra... y como somos chilenos y al parecer simpáticos, finalmente fuimos convocados al gran evento de la colonia chilena salmantina.
Con el equipamiento administrado por los organizadores: nariz de payaso, pito, corneta y el vaso lleno, nos entregamos a esta unión ibérico-chilena.... Y es que
Vicho Cox no dejó nada al azar, hasta el último minuto estuvo coordinando los detalles del evento, a pesar de los nervios de ser el único familiar que casaba a su hermano... si se ve tan tierno esperando (ansioso) a su hermanito.
Obviamente lo chileno estuvo presente todo el tiempo, desde el novio hasta el cóctel. Aunque debemos reconocer que cuando nos dimos cuenta que había empanadas de pino, nos dejamos llevar por la gula y el descontrol fue tal que ni siquiera esperamos a que llegaran los novios.
La verdad es que era algo
vergonzoso comer mientras el resto nos miraba, pero la "tentació" fue demasiado grande.
Y cuando llegó la feliz pareja, comenzaron a sonar las alhajas y empezó el gran evento del año. Por algo nos habíamos pegado el viaje desde la vecina
Zamora: un casamiento como este no se vive dos veces.
Tanto así, que no faltaban los invitados de piedra: un tal marqués muy delicado, con su criado absolutamente opuesto.
Tampoco faltaron los regalos sorpresa, como "el" globo con helio que voló al techo y este cuadro de la última cena en versión payasa.
Luego de los abrazos y los brindis, correspondía hacerse presente con una aportación clásica del sur del mundo: Unos versos de esa tierra de poetas del pueblo, trabajadores y trabajadoras, maestras y marineros que nacieron cerca de las estrellas y de un riel, para recorrer las grandes alamedas... ¡Cómo dijo Gabriel Salvador Neruda!...:
"Este Farol no alumbra, no alumbra este Farol... Póngale parafina, que alumbrará mejor"
Y...
Póngale, póngale, póngale, póngale, póngale, póngale, póngale, póngale, póngale...
(aplausos)...
No ha tomado nada, lo ha dejado todo... No ha tomado nada, lo ha dejado todo...
(repetición eterna dependiendo del estado del animador, haciendo alusiones peyorativas hacia los festejados)
Frente a tan sedienta demostración de júbilo, la primera respuesta fue... y, ¿Cómo toman parafina ustedes?... en fin, ni la ironía ni la metáfora son unas virtudes castellanas.
Lo siguiente fue cantar una canción típicamente charra (Salmantina) y algo guarra (estilo
"...tu madre es pu...")
Con tanta fiesta, era obvio que
Vicho Cox se relajara y se pusiera a animar el evento cual
Huevo Fuenzalida o Negro Piñera, con ese espíritu de
Maikel Jatson que le aparece de pronto.
Luego de todas estas demostraciones queda claro que la presencia chilena estaba dejando una huella difícil de borrar entre los invitados (
wenos pal diente y curaos).
Afortunadamente no seguimos
haciendo el loco, porque había otros eventos, tales como: sillas musicales, toreo a la cuerda, rimas, chistes, discursos variados, monólogos, cantares a capela y hasta columpiarse en la cuerda...
¡Ah!, casi se nos olvidan los malabares con fuego, sketch, canciones típicas...
En fin, como dice el novio: Todo OK (ojo con la Claudia poniéndole los cachos y a Carlos ya... "ciego")
Cuando ya la cosa parecía haberse estabilizado, venía la parte seria del asunto... el casamiento ante el representante de dios...
Como se ve, poco a poco, Gabo se convenció que debía prestar más atención a esas cosas que leía el cura y a las que debía comprometerse..."...a verss, presta la weá..." se escuchó.
En ese momento, quizás fruto del espíritu santo, Gabo tomó el micrófono e hizo SU declaración de amor, de la que todos fuimos testigos.
Luego, sólo nos quedaba tomarnos el equipo de música: nos acercamos tímida y sigilosamente, seleccionamos unos discos y le dimos PLAY... de ahí todo fue un extasis... aunque fueran sólo 4 canciones entre el eterno flamenquillo...
En fin,
un matri de esos con whisky y webeo, de esos wenos, con pandilla y todo.
Una Boda de Payasos,
donde se desearon amor hablando con Helio,
se regalaron globos inflables
y payaseamos como siempre.
¡¡¡ Que la vida sea un circo!!!Para ustedes y nosotros
Gracias por el momento
Payasos Todos